La mayoría de víctimas del tráfico de seres humanos que llegan a Catalunya acaban siendo explotadas sexualmente, según los datos de los Mossos d'Esquadra. Para luchar contra ello, para poder desmontar las organizaciones criminales que trafican internacionalmente con personas, sobre todo mujeres jóvenes, que llegan a nuestra casa y que acaban en burdeles ejerciendo la prostitución para pagar las presuntas deudas que han generado con la mafia que las ha traído hasta aquí, los Mossos d'Esquadra han ampliado su Unidad Central de Tráfico de Seres Humanos (UCTEH) con más agentes.

Las víctimas o bien tienen pánico a denunciar que son víctimas y que están bajo el control absoluto de una mafia o no tienen la posibilidad de hacerlo, por eso, la policía ha decidido ampliar esta unidad central para revertir el funcionamiento y no esperar las denuncias, sino salir a buscar a las víctimas donde creen que pueden estar. Así lo ha explicado el jefe de la unidad, el sargento Lluís Moreno, a las puertas del Día Internacional contra el Tráfico de Personas, el próximo 30 de julio.

Virar hacia la inteligencia para combatir el tráfico de personas

Aunque no solamente las víctimas acaban en pisos donde se ejerce la prostitución -el último año los Mossos han desmantelado una organización que explotaba ciudadanos de la China para cultivar marihuana y ciudadanos de Bangladés para hacer funcionar tiendas, con horarios criminales-, el 50% de las personas detectadas por estos hechos acaban siendo explotadas sexualmente.

Con este refuerzo de agentes, los Mossos podrán cambiar su metodología de trabajo e investigar solamente cuándo tienen indicios policiales para hacerlo o cuándo las víctimas lo pongan en conocimiento de la policía -un hecho que no pasa casi nunca-, sino que ahora podrán bajar a la arena e ir a buscar a las víctimas allí donde pueden estar. Tal como ha explicado el mismo sargento Moreno no es solamente entrar de manera discreta en estos pisos, también reforzar toda la parte de inteligencia operativa que permita detectar estos puntos, con la colaboración de Inspección de Trabajo, con testimonios, vigilancia del entorno y también patrullando la red.

Moreno ha detallado que muchas de estas mafias ofrecen sus servicios haciendo publicidad en páginas de internet, un hecho que permite a la policía poder ir acercándose a su objetivo, identificando las zonas y casi poniendo cara a las víctimas. Este giro en la manera de investigar el tráfico de personas, en este caso, las mujeres explotadas sexualmente, se alinea en la nueva directiva de la Prefectura de los Mossos que es dotar todas las investigaciones criminales de más inteligencia para conocer el fenómeno y poder atacarlo mejor, yendo cambiando, poco a poco, los métodos de investigación de fuerza bruta por conocimiento e inteligencia.

Reventar la cifra negra

Este cambio de estrategia busca reventar la cifra negra de este tipo de delitos. "No tenemos ni idea de cuántas víctimas hay en Catalunya", ha verbalizado, tajante, al sargento jefe de esta unidad central. La policía no tiene conocimiento de todas las mafias que actúan en Catalunya, sobre todo, por la falta de colaboración, no voluntaria, de las víctimas. Cuando son captadas en su país lo hacen con falsas promesas, unas ideas que se desvanecen cuando llegan aquí, donde son obligadas a trabajar durante horas, sin ningún tipo de contrato ni seguridad laboral y sin retribución.

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Imagen de archivo de una de las explotaciones de la UCTEH / CME

Reciben adoctrinamiento para no colaborar con la policía, asegurando que el papel de las autoridades, si los descubren, será devolverlos a su país, donde serán repudiados y no podrán devolver nunca la deuda que han contraído con la mafia que las reclutó. Muchas de las personas a las cuales se detecta que pueden ser víctimas de estas redes criminales, ellas mismas no se lo consideran. La situación que viven en sus países es tan precaria que aunque aquí no tienen libertad, quizás viven mejor que allí, asegura al sargento, un hecho que complica que puedan tener la necesidad de denunciar o de colaborar con la policía.

Si se puede ir a buscar a las víctimas allí donde son, la mayoría en pisos ilegales donde se ejerce la prostitución, y si se hace de manera empática y segura por las víctimas, se podrá ir más al fondo de la problemática, rebajando así esta cifra negra que hace imposible saber cuál es la actual situación de tráfico de personas en nuestra casa.

Explotaciones en plantaciones de marihuana

Más allá de la explotación sexual, los Mossos d'Esquadra de esta unidad central trabajan con las otras finalidades que tienen estas mafias. Las otras dos que tienen más representación, según los casos investigados, es la explotación laboral y la explotación para la comisión de delitos.

El año pasado, la Unidad Central de Tráfico de Seres Humanos (UCTEH) desmanteló una organización criminal que explotaba ciudadanos de Bengladesh con el fin de trabajar durante horas y sin retribución en tiendas de alimentación en varios municipios de la demarcación de Barcelona. En otra operación, también se desmanteló una organización que tenía bajo su control a personas de nacionalidad china que se dedicaban, encerradas en naves industriales del área metropolitana de Barcelona, a la producción de marihuana.

En las plantaciones, los Mossos tienen el miedo de que algunos de los jardineros, que en ojos de la investigación podrían ser autores de un delito contra la salud pública, sean víctimas de los entramados criminales, que les tienen esclavizados. Hasta la fecha solamente se ha detectado el caso de esta mafia china, pero desde esta unidad central se asesora a las unidades de investigación territorial por si se detectan casos sospechosos de tráfico de personas.

Sin conocimiento de tráfico de órganos

Los Mossos no tienen conocimiento que en Catalunya haya tráfico de personas relacionadas con el tráfico de órganos, que es otra de las finalidades que puede tener este tipo de delitos. Pero el sargento lo vuelve a dejar claro. Una cosa es que la policía tenga conocimiento y la otra es que no pase.