Después de que este lunes se dieran algunas pinceladas sobre como será el curso escolar que empezará en septiembre, ahora es el turno de las universidades. El Govern y las universidades catalanas prevén un modelo híbrido de docencia presencial y virtual para el curso 2020-2021.
De esta manera se prevé que la presencialidad sea "restringida" como mínimo durante la primera mitad del curso. El Consejo Interuniversitario de Catalunya (CIC), la Secretaría de Universidades e Investigación, los vicerrectores de docencia de las doce universidades catalanas y la Agencia para la Calidad del Sistema Universitario de Catalunya (AQU) han acordado un documento marco sobre como será el próximo curso. Además, el Procicat ha aprobado el plan de medidas con respecto a la actividad presencial, en la que insiste en la necesidad de mantener la distancia de seguridad y los hábitos higiénicos.
Un modelo de docencia mixta o híbrida que combine la presencialidad en las aulas con entornos no presenciales o virtuales es la elección para el próximo curso. A pesar de todo, la intención no es la de transformar las universidades presenciales en universidades en línea y tampoco se cambiará la docencia que se imparte. Las medidas para el próximo curso inciden en la información y preparación de los estudiantes, así como en la formación del profesorado.
La experiencia del confinamiento
El documento concreta que el concepto de docencia mixta se tiene que traducir en una combinación de la formación presencial y la formación en línea. A pesar de los cambios, se espera que se garantice que los estudiantes obtengan el aprendizaje deseado. Para la organización del próximo curso se tendrá "muy en cuenta" la experiencia del segundo semestre del actual en aspectos como la evaluación, las prácticas externas y los trabajos de fin de grado (TFG) y de máster (TFM), así como las recomendaciones contenidas en el documento Acords i recomanacions del sistema universitari de Catalunya per a la finalització del curs 2019-2020. En el caso de la evaluación, se apuesta por los procesos de evaluación continúa.
Con respecto a los TFG y TFM y a las prácticas externas se considerarán vigentes las recomendaciones realizadas y aplicadas durante el segundo semestre del curso 2019-2020. En todo caso, se recomienda reprogramar las prácticas externas de último curso académico en periodos no afectados por la pandemia porque el alumnado las pueda realizar como tenía previsto.
Prácticas en centros sanitarios y educativos
Con respecto a las prácticas en centros sanitarios y educativos, se han suscrito los acuerdos necesarios con los Departaments de Salut y de Educació para coordinar y minimizar la afectación entre los estudiantes. En el caso de las del ámbito de la salud, se priorizará el formato presencial para los estudiantes de grado y en caso de falta de capacidad de los centros sanitarios docentes, se analizará la posibilidad de derivar las prácticas en otros centros del Sistema Sanitario Integral de Utilización Pública. Si es posible, se incorporarán los estudiantes de máster oficial, doctorados y títulos propios, entre otros.
Con respecto a las prácticas en centros educativos, se hará el habitual sistema de asignación teniendo en cuenta las pendientes del segundo semestre del curso 2019-2020 y se diseñarán teniendo en cuenta los tres escenarios posibles con lo que trabaja Educación: normalidad y presencialidad absoluta, presencialidad condicionada y confinamiento. En los tres escenarios, se implicará a los estudiantes con las prácticas asignadas.
Medidas de seguridad también en las universidades
Por otra parte, el Plan Sectorial de Universidades aprobados para el Procicat establece que cada centro universitario hará su plan de contingencia específico y protocolos de organización, eso sí, con la luz verde del Govern. Así, la distancia física de 1,5 metros será de aplicación en las aulas, laboratorios docentes y de investigación y otros espacios cerrados. Esta distancia no podrá ser inferior a un metro entre personas sin contacto habitual en espacios cerrados, excepto en las prácticas. En caso de que no se pueda mantener la distancia de seguridad, será obligatorio el uso de mascarilla.
El documento insiste también en las medidas higiénicas, como el lavado de manos o el uso de gel hidroalcohólico en el acceso a edificios, bibliotecas, salas de estudio, salones de actos y comedores.