Acaba –aparentemente– la okupación del despacho del rector de la Universidad de Lleida (UdL). Esta madrugada, sobre las cuatro y cuarto, los Mossos han entrado para desalojar a las personas que se encontraban en el despacho desde el pasado 17 de mayo y, después de registrar durante una hora todo el edificio, no han encontrado a nadie.
Algunos estudiantes ya abandonaron el 1 de junio la okupación, sin embargo, consciente del efecto de las conversaciones fallidas, el rector, Roberto Fernández, ha pedido a los Mossos que actuaran. Al no encontrar a nadie dentro, los agentes han abandonado la UdL a las cinco y media de la madrugada, aunque han dejado una patrulla para controlar la zona.
El despliegue policial estaba formado por seis furgonetas de la Brigada Móvil de los Mossos –que llevaban entre 40 y 50 agentes– y dos unidades más. Acompañaban al dispositivo una ambulancia y una patrulla de la Guardia Urbana de Lleida.
Más de un mes
El conflicto empezó hace un mes cuando un grupo de estudiantes de la Asamblea de Letras empezó a protagonizar protestas en las clases de la subdelegada del Gobierno, Inma Manso, para poner de manifiesto su rechazo tanto a la política española como europea en relación a los refugiados, así como forzarla a abandonar el centro.
Los días que Manso daba clase, la presencia policial se incrementó y fue entonces cuando empezaron las protestas. El 17 de mayo, un estudiante fue detenido y, como muestra de protesta, un grupo de jóvenes –algunos no estudiaban en la UdL– ocuparon el despacho del rector.
El 1 de junio, la Asamblea renunció a continuar con la negociación porque no veían posibilidades de dialogar con los responsables de la UdL y, un día más tarde, una parte de los estudiantes agredieron a un grupo de trabajadores del centro y a unos periodistas de TV3 y del diario Segre.