Este martes, Iñaki Urdangarin, exmarido de la infanta Cristina, vuelve a ser un ciudadano libre, ya que ha cumplido su condena de cinco años y diez meses de prisión que le impusieron los tribunales por varios delitos de corrupción a consecuencia de su implicación en el caso Nóos. Urdangarin fue sentenciado por la Audiencia de Palma a seis años y tres meses de prisión por malversación, prevaricación, fraude a la Administración, dos delitos fiscales y tráfico de influencias, si bien el Tribunal Supremo le rebajó la pena cinco meses al eximirlo de falsedad en documento público.
El exmarido de la infanta Cristina ingresó en la prisión el 18 de junio de 2018. Fue internado en la prisión de mujeres de Brieva (Ávila), donde estuvo hasta enero del 2021, periodo en que consiguió permiso para hacer voluntariado unos días a la semana a la ONG El Hogar de Don Orione, dedicada a atender a personas con discapacidad en el municipio madrileño de Pozuelo de Alarcón. Urdangarin fue trasladado posteriormente en el Centro de Inserción Social (CIS) de Alcalá de Henares (Madrid) para someterse al programa de reinserción para condenados por delitos económicos y su último paso por la prisión fue en la de Zaballa (Álava).
El pasado marzo del 2022, el excuñado de Felipe VI consiguió la libertad condicional, una vez ya había cumplido dos tercios de su pena. Entonces encontró trabajo en un bufete de abogados en Vitoria, donde conoció a su actual pareja, Ainhoa Armentia. La relación con esta mujer salió a la lejos y el matrimonio de los duques de Palma acabó después de casi 25 años de matrimonio.
El futuro de Urdangarin
Al exjugador de balonmano solo le queda como asignatura pendiente para completar su reinserción el borrado del pasado delictivo a efectos administrativos. Los antecedentes penales no decaen a ojos del Ministerio de Justicia hasta pasado un tiempo si no se comete ningún otro delito. En el caso del exduque de Palma, según la condena que se le impuso, tendrán que pasar cinco años, plazo en que no podrá acceder a determinados trabajos, ser miembro de un jurado, ejercer algunas acciones de voluntariado o tener perros considerados peligrosos, entre otros impedimentos que recoge la ley.
Por su parte, la sentencia del caso Nóos absolvió a la infanta Cristina, aunque se le impuso el pago de 136.950 euros como responsable civil a título lucrativo. La infanta visitó recurrentemente a Urdangarin en la prisión.