¿Te suena el caso de la Vampira de Barcelona, la temible bruja que aterrorizó el Raval a inicios del siglo XX? Te contaremos la historia y los hechos reales de la pérfida Enriqueta Martí en este episodio de 'Bona i misteriosa nit', el pódcast de enigmas en Catalunya de ElNacional.cat y del investigador del mundo oculto Sebastià d'Arbó. Descubrirás, si te atreves, la vida de una figura inquietante que se puede comparar perfectamente con Jack el Destripador de Londres. ¿Qué crímenes cometió Enriqueta Martí, la Vampira de Barcelona? ¿Quién estuvo involucrado? Tienes 2 opciones para descubrirlo: escuchar el pódcast, y dejarte llevar por la narración, o leer la explicación que viene a continuación.
El misterio de la Vampira de Barcelona
El caso de la Vampira de Barcelona no es precisamente actual. Hace 100 años, a principio del siglo XX, vivió en el barrio del Raval, en Barcelona, Enriqueta Martí Ripoll. Era una mujer tenebrosa para todo el mundo y muy lista, que atemorizaba a la buena gente por los actos que solo ella era capaz de cometer. Asustaba al vecindario porque era un poco bruja; preparaba remedios misteriosos para curar a su clientela y también hacía servicios ocultos para la burguesía catalana. ¿Qué tipo de servicios? Al principio del siglo XX, los burgueses vivían explotando al pueblo, como una sanguijuela. Y a veces esta explotación era literal: la que llevaba a cabo la extracción física de la sangre era la vampira Enriqueta Martí. Lo hacía utilizando, como materia prima, el cuerpo y la sangre de las criaturas pertenecientes al tejido social más pobre y miserable de la ciudad. Ellos protagonizaron los hechos que forman parte de la Barcelona negra.
Enriqueta Martí, al principio, era una proxeneta de menores que tenía un prostíbulo en la calle Minerva, donde alquilaba el cuerpo de niños y niñas desamparados a los ricos hombres de la burguesía para satisfacer sus instintos sexuales básicos. Violaban a niños que tenían entre 5 y 16 años. Por esta actividad Enriqueta fue detenida en 1909, pero misteriosamente su expediente policial desapareció, porque estaba bien protegida y consecuentemente la proxeneta quedó en libertad. Al darse cuenta de que los niños podían hablar, optó por la solución final de hacerlos desaparecer. Y así comenzó su segunda fase de su vida como Vampira.
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La Vampira llega al Raval
A partir de entonces, Enriqueta se convirtió en la Sixinera (viene de "sixí" que quiere decir "grasa"). Vivió y actuó en los barrios de Gracia, Sants y, finalmente, el Raval de Barcelona. De los niños secuestrados y muertos reciclaba la materia orgánica que después comercializaba: les sacaba la sangre, la grasa, después el pelo, las cejas, etc. Incluso reutilizaba sus vestidos, que posteriormente vendía a empresas de vestuario teatral. La sangre la vendía a los enfermos de la burguesía y la nobleza que sufrían tisis y enfermedades pulmonares, la grasa la vendía a las empresas textiles que estaban haciendo la revolución industrial, como las fabricas textiles del Vallès. También la vendía a las empresas ferroviarias; porque este "material" se utilizaba para engrasar los cojinetes de las máquinas que giraban a alta revolución. En cuanto a las imprentas, encuadernaban libros con grasa y, por descontado, los traperos, que trinchaban los huesos extrayendo el tuétano, también hacían uso de los servicios de la Sixinera.
A causa de sus artes oscuras, al principio de la segunda década el siglo XX Enriqueta Martí se convirtió en una especie de vampira que vivió y actuó en los barrios de Gracia, Sants y el Raval. Hasta que la ley la descubrió: la pillaron el 27 de febrero de 1913, de una forma escabrosa y siniestra. Sus fechorías salieron a la luz porque secuestró a una niña que sí que tenía padres y denunciaron su desaparición. La niña se llamaba Teresita Guitat (a quien yo entrevisté en una de mis investigaciones). Tenía 5 años cuando Enriqueta la llevó a su casa de la calle Ponent 29.
Enriqueta fue descubierta por una vecina llamada Claudina Elías, conocida por el sobrenombre de la Cotilla. Claudina escuchó ruido de criaturas en casa de Enriqueta, que no tenía hijos, y la denunció a la guardia municipal barcelonesa para que fueran a ver qué pasaba. Los municipales, al entrar en la casa de Enriqueta, descubrieron todo un mundo oculto y sórdido: había dos niñas secuestradas, Teresita y Angeleta, a las cuales ya los había cortado el pelo como paso previo para liquidarlas.
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La mano negra que tapó el enigma de Enriqueta Martí
A partir del hecho se descubrieron restos humanos (de niños, concretamente) en las casas de Enriqueta Martí (tenía muchos locales repartidos por la ciudad). No fue el único hallazgo fatídico. En los pozos que había en los patios y calles del barrio del Raval, se encontraron también huesos de niños que habían entrado en el piso de la vampira, pero que no salieron con vida. Estos huesos al principio fueron reconocidos por el forense como de cuerpos humanos de niños de corta edad, más tarde lo intentaron tapar todo porque había gente muy importante implicada.
Enriqueta Martí tenía 43 años cuando fue detenida y encarcelada en la prisión de la calle Reina Amàlia. Allí se intentó suicidar muchas veces… o alguien intentó que su desaparición pareciera un suicidio. Y es que, desde el momento su encarcelamiento, una mano negra intentó tapar todo este caso escabroso. Lógico si se tiene en cuenta que, según las pruebas que se encontraron sus pisos, mucha gente relevante de las altas esferas era cliente de la vampira del Raval.
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Sea cual sea la auténtica identidad de esta mano negra, al final logró su propósito: Enriqueta Martí no salió viva de la prisión de Reina Amàlia, sus compañeras internas desaparecieron, la prisión eventualmente fue derribada, el expediente judicial de la Vampira desapareció, el juzgado que procesó su caso se quemó... Pero el listado de hechos sospechosos no acaba aquí. El jefe de policía José Millán-Astrany (padre) fue trasladado a Madrid, el alcalde de Barcelona Joaquim Sostre murió sin decir palabra, el gobernador Manuel Portel Valladares fue destituido... Incluso el periodista Luís Antón del Olmet (del diario ABC), encargado de hacer las crónicas del caso y entrevistador de Enriqueta mientras estaba viva en la prisión, fue asesinado en el teatro Eslava del Madrid.
¿Qué se esconde detrás de estos incidentes? ¿Qué verdades quedaron enterradas, quemadas, silenciadas...? El misterio quedará para siempre impregnado en Barcelona, así como la historia y la leyenda de Enriqueta Martí, la Vampira de Barcelona. La próxima vez que te encuentres con un caso similar, donde el mundo viejo se quiere apropiar de la juventud ajena, recuerda lo que siempre decía la misma Enriqueta: "la sangre es vida".