Destrozar una reja, colarse en el subsuelo, huir de un vigilante, enfrentarse a los viajeros, hacer una pintada y, sobre todo, sobre todo, fotografiarlo para colgarlo en la red. Este es el objetivo final de los actos vandálicos que desde hace semanas sufre el metro de Barcelona y que comportan situaciones de peligro tanto para los trabajadores como para los viajeros.

Estos grupos, a quien TMB ya no considera grafiteros sinó vándalos, pretenden mostrar su gesta al mundo y tienen en las redes sociales su gran aliado. La última hazaña, la fotografía que hace unos días aparecía en una cuenta de Instagram y en la cual se veía a tres personas desnudas pintando un vagón del metro de Barcelona.

TMB no tiene constancia de este incidente, pero reconoce que sucede en sus estaciones, probablemente en las líneas automáticas, L9 o L10.

Instagram está lleno de fotografías que recogen las acciones de grafiteros que ya no hacen pintadas reivindicativas, sino que imprimen su firma para dejar constancia que han pasado por allí.

Como ya adelantó El Nacional, TMB denuncia la actitud violenta de estos grupos, que cada vez añaden más peligro a sus acciones: si la tensión está dada, si para llegar al metro tienen que descolgarse por paredes, si es de día, si hay trenes en circulación, si los vagones están llenos... son situaciones que añaden épica a la acción.

De hecho, echando un vistazo a las redes, hay quien etiqueta su grafito con el hashtag #intraffic para referirse a que el servicio de metro está en funcionamient mientras realizan su grafiti.

 

bretols metro 5

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Más riesgo, más reconocimiento

Según el profesor de Ciencias de la Información y de la Comunicación de la UOC Ferran Lalueza, las redes han dado a este fenómeno "una dimensión que no tenía". Este tipo de grafiteros ya no tienen que conformarse "en un espacio de proximidad y sin transcendencia; ahora pueden compararse a nivel global porque el público es global y eso les hace entrar en una competición insana", explica Lalueza.

El profesor cree que la vertiente artística del grafiti se ha deteriorado y que aquello que acaba siendo aplaudido es el carácter "vandálico y de riesgo". Para Lalueza cada vez es más complicado conseguir el reconocimiento social en las redes y eso hace que haya un interés por "ver quién la hace más grande". "Nuestra capacidad para sorprendernos está limitada. Hace tres o cuatro años nos sorprendían cosas que ahora ya no nos afectan, por lo tanto, para conseguir más nivel de atención y de reconocimiento, hay que arriesgarse más".