El Vaticano ha entonado el mea culpa en el primer informe anual de la Pontificia Comisión para la Protección de los Menores, instituida por el papa Francisco para abordar la lacra de los abusos. En el documento que se ha publicado este martes, se reclama acabar con la opacidad y acelerar la dimisión de religiosos pederastas, entre otras cuestiones. Estas son algunas de las claves del primer informe contra los abusos:

  • Fin de la opacidad: la Iglesia necesita impulsar el acceso de las víctimas a la información para afrontar el "problema" de la opacidad en los procesos canónicos. "Tendrían que estudiarse medidas que garanticen el derecho de todo individuo a acceder a cualquier información que lo afecte, sobre todo en los casos y responsabilidad de los abusos", dice el documento, teniendo en cuenta el respeto a la ley de protección de datos.
  • El concepto de vulnerabilidad: los casos de abusos no solo son con menores, sino que la Iglesia también los reconoce en adultos "vulnerables". Es por eso que la comisión apuesta para desarrollar "una definición mayormente uniforme de vulnerabilidad".
  • Más rapidez: el informe admite que las víctimas todavía sufren procesos civiles y canónicos "difíciles, lentos y fuente de continuada victimización". Entonces, insta a "garantizar una gestión eficaz, rápida y rigurosa" de cada caso de abuso, aclara también el rol de cada dicasterio de la Curia Romana.
  • Dimisión fulminante: hace falta "agilizar y acelerar el proceso de dimisión" de un líder eclesial acusado de abuso, "siempre que esté justificado".
  • Compensación: el informe pide "estudiar las políticas de indemnización" para ejercer medidas "rigurosas" de reparación en el proceso de "sanación" de las víctimas.
  • Un magisterio contra los abusos: el informe hace un llamamiento a "desarrollar todavía más el magisterio de la Iglesia" sobre su deber de protección, promoviendo entre los clérigos "la dignidad de los niños" mediante una visión "unitaria y teológica-pastoral".
  • Especialización: la Iglesia tiene que impulsar un proceso de "profesionalización" entre los miembros y brindar "oportunidades académicas" de formación con los "recursos adecuados" todo el mundo que esté en contacto con menores.
  • Faltas preocupantes: si bien hay algunas autoridades eclesiásticas que demuestran un claro compromiso por la protección, el informe constata que otros solo son "al inicio del ejercicio de asunción de responsabilidades". De hecho, en algunos casos se ha detectado una "falta preocupante" de estructuras de denuncia y de acompañamiento de las víctimas, cosa que contraviene lo que exige el Papa en el documento Vos estis lux mundi (2023) sobre las normas contra los abusos sexuales.
  • Conversión continuada: la comisión se creó hace diez años, en los cuales "se ha asistido a un crecimiento de la conciencia tanto de la realidad de los abusos sexuales en el seno de la Iglesia como de su mala gestión". Así pues, la publicación de los informes pretende "facilitar un proceso de conversión continuada" dentro de las instituciones católicas.
  • Cinco años para abarcarlo todo: hay 114 conferencias episcopales por todo el planeta, de manera que el cardenal estadounidense Sean Patrick O'Malley quiere estudiarlas todas en un plazo de cinco años.
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