La presión vecinal ha conseguido frenar el desahucio de una familia que vive en el mismo edificio donde ha instalado un narcopiso en el barrio del Raval. Varias entidades de la zona se hicieron eco del caso de Youssef, un vecino del número 9 de la calle Sant Martí que se encuentra en paro. El hombre vive en el piso con su mujer y sus tres hijos menores y después de varios intentos de desalojarlos, la propiedad había conseguido una orden judicial de desahucio con fecha abierta entre el 1 y el 15 de febrero.
Según denuncia Acció Raval en un comunicado, el inmueble donde reside la familia de Youssef no sólo presenta múltiples desperfectos -la valla de la puerta reventada, los interfonos destrozados, la escalera deteriorada, entre otros- sino que además acoge un narcopiso. El punto de venta y consumo de drogas pata meses en activo y la propiedad no se ha hecho responsable de la actividad que se lleva a cabo en uno de los pisos. "La absoluta dejadez y la ignorancia voluntaria respecto de lo que pasa en la finca se acerca a la complacencia con la actividad del narcopiso", señala el documento de la entidad del barrio.
La falta de respuesta delante de las reiteradas quejas de los vecinos de la zona les llevó a compartir el caso a través de las redes sociales y a hacer público el comunicado. Gracias a la presión de las organizaciones y a la mediación del Servicio de Intervención en la Pérdida de Vivienda y Empleo (SIPHO), la propiedad ha retirado la demanda de desalojo temporalmente y ha accedido a mantener a la familia en su domicilio al menos durante el próximo año.
Los ocupantes del narcopiso instalado en el edificio serían los mismos que apedrearon el portal del número 8 de la calle de la Riereta, también en el Raval. Según el testimonio de los vecinos, un grupo de jóvenes lanzó varios objetos, rompiendo vidrios y provocando daños en la fachada del inmueble después de que algunos de los residentes les recriminaran que hicieran ruido en horario nocturno.