El 1 de agosto de 1980 se produjo uno de los casos más mediáticos en España: el asesinato de Manuel de la Serra y María Lourdes d'Urquijo, marqueses de Urquijo, a tiros en su mansión de Somosaguas —una lujosa urbanización en las afueras de Madrid—, mientras dormían en habitaciones separadas. Un crimen, que casi 45 años después sigue lleno de incógnitas y dudas. El único condenado por el crimen fue su yerno, Rafael Escobedo, que dos años antes se había casado con la hija de los marqueses, Miriam de la Serra y Urquijo, y en un inicio confesó ser el autor. Según el juez, su móvil era la venganza, ya que culpaba a los suegros de su fracaso matrimonial. 'Rafi', como le llamaban sus conocidos, estuvo condenado a 53 años de prisión, que finalmente no cumplió porque se acabó suicidando en 1988. Aparte, Javier Anastasio, amigo de 'RafI', fue acusado de coautor, pero huyó de España antes de juicio. Otro amigo, Mauricio López-Roberts y Melgar, fue condenado a 10 años por encubrimiento. Sin embargo, las dudas y agujeros en torno al caso, que ocupó miles de páginas de diarios y revistas, y horas de televisión, provocaron que se siga considerando un caso sin resolver.
El asesino, tal como apuntaron los investigadores desde el inicio, conocía la casa. Rompió un cristal que daba acceso a la piscina y entró en dirección a las escaleras que llevaban a la planta de arriba. Así llegó en la habitación donde dormía el marqués, a quien disparó en la nuca. Al salir tropezó con una silla, un ruido, que despertó a la marquesa y preguntó qué pasaba. El yerno se dirigió a la habitación de la marquesa y le disparó varias veces, y salió huyendo. Ahora, según informa la revista Semana, la mansión está en venta por 3,2 millones de euros, un precio muy por debajo de lo que tendría que ser teniendo en cuenta la zona y las dimensiones de la lujosa casa.
La leyenda negra de la mansión de los Urquijo
La casa donde se produjeron los asesinatos, está situada en el Camino Viejo de Húmero, entre Pozuelo d'Alarcón y campus de Somosaguas de la Universidad Complutense de Madrid, y ya ha estado en venta en otras ocasiones, sin éxito. Casi nada del interior se ha remodelado desde que se produjo el crimen la noche del 1 de agosto de 1980. En su momento, era una de las casas más espectaculares de toda la urbanización, pero que todavía no se puede deshacer de la leyenda negra que lo acompaña. El hijo de los marqueses, Juan Manuel de la Serra y Urquijo, vivió por|para etapas en la casa familiar hasta su muerte a causa de un cáncer en el 2022. Sus 3 hijos han seguido viviendo en el chalet, pero ahora han decidido volver a intentar su venta. En cambio, la hija de los marqueses, Miriam siempre ha asegurado que "no he podido volver a subir estas escaleras. Cuando lo intento, solo poner el pie en el primer peldaño, el olor de sangre vuelve a apoderarse de mí. Siempre me voy de esta casa sin pasar de la planta baja".
¿Cómo es la mansión?
La casa, construida en una parcela de 4.460 metros cuadrados, tiene 1.020 metros cuadrados distribuidos en dos plantas y un sótano. La planta baja de 545 metros cuadrados, y está conformada por un recibidor, un salón, un comedor, una biblioteca y la zona de servicio con cocina y office, habitación de plancha, tres dormitorios y dos baños.
En la primera planta, de 385 metros cuadrados, hay cinco dormitorios, uno de los cuales donde se cometió el crimen, con sus respectivos baños, más un pequeño apartamento que consta de salón, dormitorio y baño. Además, tiene un pequeño apartamento que tiene comedor, habitación y baño. La casa también cuenta con un gran trastero e incluso una sala de cine en el sótano. Finalmente, el sótano, de 92 metros cuadrados, hay un trastero, un cuarto de calderas, un lavabo, uno sala de cine y un cuarto de usos múltiples. Además, tiene una piscina cubierta y un porche que da al jardín.