Uno de los barcos más famosos que ha atracado nunca en la costa catalana es, sin duda, el Moby Dada. Quizás por este nombre mucha gente no sabrá de qué barco se trata, pero si se habla del barco de los piolines, seguro que sí. Este barco, estilo crucero, estuvo atracado una temporada en el Port de Barcelona y servía como alojamiento para miles de agentes de policía española y guardia civil que se desplazaron a Catalunya con motivo del referéndum del 1 de octubre de 2017. Pues bien, ahora, un empresario holandés está proyectando en Eivissa el atraco de un crucero para alojar trabajadores, pero de ámbitos muy diferentes a los que vivían en el Moby Dada.

Hans van de Rakt, el empresario, está pensando en un crucero para alojar a los trabajadores que sufren la falta de vivienda en la isla durante la temporada turística. Su empresa, Business Hippie Club, se dedica a estudiar y promover soluciones imaginativas al problema de la vivienda. Eivissa sufre un grave problema de vivienda que obliga a algunas familias residentes a abandonar la isla a pesar de tener el trabajo allí. La proliferación de la vivienda turística legal e ilegal y la compra de segundas residencias por parte de extranjeros que solo viven allí unos meses y las utilizan como negocio, expulsan a las personas trabajadoras residentes e impiden la llegada de trabajadores de temporada.

Una solución peculiar

Viendo este problema, el empresario holandés Hans van de Rakt, que hace dos años que vive en Eivissa, ha encontrado una solución peculiar "al problema del que todo el mundo habla y que los poderes públicos no son capaces de resolver": un crucero-vivienda. Según explica el empresario a elDiario.es, el barco atracaría en el puerto de la isla y alojaría a 500 trabajadores y trabajadoras en 300 habitaciones de entre una y tres plazas. Además, el barco contaría con servicios comunes de limpieza, restaurante y gimnasio, entre otros. "Los trabajadores necesitan un lugar decente para vivir y no en tiendas de campaña o en una habitación con 10 personas más", explica Hans van de Rakt. "Mejor tener a todos estos trabajadores en un lugar, como un crucero, para controlarlo todo y tener una infraestructura adecuada como, por ejemplo, de basura. Es mucho mejor que tener a la gente viviendo en cualquier lugar por la isla. Eivissa tiene un problema estructural con la vivienda", explica.

¿A qué precio?

Este proyecto, que todavía se está trabajando, propone precios de más de 700 euros por persona (sin contar los servicios extra que ofrecería el barco). "Si bien todo eso todavía está en estudio, intentaremos hacerlo lo más barato posible", aseguran desde la empresa, que añaden que ellos no quieren competir con los hoteles o apartamentos. Por su parte, ni el Govern, ni la Autoritat Portuària de les Balears (APB), ni el Consell d'Eivissa ni el Ayuntamiento de la capital saben nada de este proyecto: "Es lo primero que escuchamos", explican en el citado digital.