Veterinarios, animalistas, propietarios de animales de compañía y las propias mascotas han salido este domingo a la calle para protestar contra el decreto del Gobierno de Pedro Sánchez que regula el uso de los medicamentos en este sector y pedir justicia veterinaria y protección animal. Un millar de personas han formado una marea azul (el color de la cruz veterinaria) para dar visibilidad a sus reivindicaciones. Bajo el lema "la salud animal no es un lujo", han pedido cambios en esta nueva ley, el Real Decreto 666/2023, que entró en vigor el pasado 2 de enero, para tener una regulación que "respete a animales, profesionales y familias". Entre las reivindicaciones también está la de eliminar el IVA de los servicios sanitarios y equiparar esta comunidad al resto de servicios sanitarios.

Más de un millar de personas y centenares de animales se han reunido en la manifestación que ha salido de la plaza de Catalunya y ha recorrido las principales calles del centro hasta el parque de la Ciutadella, para proclamar su malestar por este decreto que "incrementa los gastos de los medicamentos, limita los tratamientos adecuados, genera burocracia, multas desproporcionadas para la profesión y pone en riesgo la salud animal".

Tener un perro o un animal de compañía hoy en día se ha convertido en una carga de gasto que cada vez es mayor. Hay muchos intereses, porque son muchas las personas que han decidido incorporar un perro o un gato a su vida —o más de uno—, el número de animales sube cada año, y los intereses económicos de empresas farmacéuticas cada vez son mayores también. Hay que recordar que Barcelona, desde finales de 2022, por primera vez tiene más perros que niños. A finales de ese año, la ciudad contaba con 172.971 perros, superando a los 165.482 menores de entre 0 y 12 años.

El IVA más alto de todos los servicios médicos

El IVA subió del 8 al 21% en 2012, bajo el gobierno del PP de Mariano Rajoy, y desde entonces ha sido una reivindicación de la comunidad veterinaria que este valor impositivo se revierta y se apliquen las mismas condiciones que tienen otros servicios veterinarios. Así lo explica Laia Sàbat Bayarri, veterinaria de la clínica "Bitxos" de Alella, que fue la impulsora de esta manifestación. "La ley de bienestar animal reconoce los animales como seres que tienen sentimientos, y estamos muy contentos con que así sea", explica Laia Sàbat a TV3. Pero por la misma regla, "tener un animal no tiene que ser un lujo". Y añade: "Nosotros somos sanitarios, y todos los sanitarios están exentos de IVA o tienen el IVA reducido". Una de las pancartas, que era muy visible durante la concentración, era la que recordaba que dentistas, psicólogos o fisioterapeutas tienen un 0% de IVA, mientras que a los veterinarios se les aplica este 21%.

Más burocracia y servicios más caros

Pero el Real Decreto 666/2023 es el que ha colmado el vaso y la paciencia de veterinarios y propietarios de animales, y el que los ha impulsado a salir a la calle, porque la aplicación del PRESVET (Sistema Informático Central de Control de Prescripciones Veterinarias de Antibióticos) implica una gran carga burocrática. "La idea de la manifestación surgió una noche", explica Laia Sàbat, que lleva más de veinte años ejerciendo de veterinaria. "Sobre la una y media de la madrugada estaba enviando facturas y rellenando formularios de recetas y pensé: 'No puedo más, hagamos una manifestación'". Mandó la instancia al Ayuntamiento de Barcelona y empezó a compartir la idea con otros veterinarios a través de WhatsApp. En pocos días ya eran un millar, y también se han sumado varios colegios de veterinarios. Entre ellos, el Col·legi de Veterinaris de Barcelona. Su presidente, Joan Mesià, explica que "todos convivimos con nuestro animal de compañía, y la ley de bienestar animal les da derechos y obliga a darles todos los cuidados necesarios". "Los veterinarios somos sanitarios, pero fiscalmente no nos tratan como a tales".

Cabecera|Membrete de la manifestación de los veterinarios
Cabecera de la manifestación de los veterinarios

Con la nueva ley, los veterinarios ya no pueden dispensar medicamentos en la consulta, ni suministrar la dosis exacta, como hasta ahora. "Lo que hacíamos los veterinarios era dar las pastillas exactas que necesitaba el animal, empezabas el tratamiento y lo acababas", explica Laia Sàbat. "Ahora, en la farmacia, te venderán la caja entera. ¿Qué pasará con los comprimidos que sobren?". Consideran que con la fórmula que tenían hasta ahora evitaban el despilfarro de medicamentos, la automedicación y el coste económico y medioambiental de la gestión de los residuos. La nueva ley tampoco permite a los veterinarios recetar un medicamento genérico si existe una formulación específica en veterinaria. Esto, explican, encarece el precio de la medicación, sobre todo en los casos de perros muy grandes. El hecho de que el tamaño de los animales de compañía, especialmente los perros, varíe de forma considerable, también es un problema a la hora de comprar los medicamentos en el envase original. "Los medicamentos que tenemos en pequeños animales son formatos muy estándares", explica Joan Mesià. "No es lo mismo medicar a un san bernardo que pesa 80 kilos que a un chihuahua que pesa un kilo y medio".