Joan, Xavier, Marc, Oriol... Tras estos nombres, sólo hay una misma persona: Albert Cavallé, más conocido como "el estafador del amor". Desde hace años, la prensa habla de él, y es que se trata de un personaje conocido por haber estafado durante años, decenas de mujeres que conocía por las redes o por Tinder. Unas estafas que suben a centenares de miles de euros que extraía de las víctimas ganándose su confianza. Pero, ¿cómo lo conseguía?
Su modus operandi
Lo denunciaron por primera vez en el 2013 y desde entonces ya acumula a su currículum judicial unas 25 causas, varias condenas menores y varios juicios pendientes. Cavallé ha sido detenido en 9 ocasiones y se lo ha acusado de estafa, de apropiación indebida y de simulación de delitos. En total, ya tiene tres condenas firmes, que suman un año y ocho meses de prisión.
La policía calcula que ha conseguido embolsarse centenares de miles de euros engañando a más de 30 mujeres. Siempre lo hacía de la misma manera. Primero, conocía a las mujeres por internet y empezaba relaciones por ganarse la confianza. Siempre los hacía creer que era una persona de clase alta y se inventaba que era, entre otras profesiones, cirujano, agente de bolsa o abogado para hacer creer que tenía una gran solvencia económica. A partir de aquí, empezaba la estafa: inventaba problemas personales para pedir dinero a las mujeres y se comprometía a devolverlos. Pero el dinero nunca volvía.
Es por eso que ahora más de una veintena de mujeres se han unido para denunciar al "estafador del amor" y piden que se lo condene por un delito de estafa continuada. Entre ellas, por ejemplo, hay una mujer con discapacidad a quien sustrajo todos sus ahorros: unos 70.000 euros.
¿Por qué no está en la prisión?
Cavallé, que ha hablado públicamente en varias ocasiones para defenderse, ha asegurado que son "exnovias rabiosas". "Ellas estaban conmigo porque querían que las sacara a pasear, que las llevara de compras, que las llevara de viaje... Querían que me las follara bien, no hijos. Y cuando yo los pedía dinero sacaba porque les apetecía. Lo que pasa es que después, cuando las dejas de llamar, se cabrean y recuerdan el día en qué les pedí dinero", explicaba hace poco en una entrevista en El Mundo.
Precisamente, este argumento de "no lo hacían contra su voluntad" es el que le ha servido para salir impune o con penas menores de los juicios. Cavallé siempre se presenta como una víctima ante el juez e incluso en varias ocasiones ha llegado a denunciar él a las mujeres.
El último caso: ahora sí, condenado
El estafador del amor se volvió a sentar ante el juez hace unas semanas de nuevo por haber obtenido ilícitamente miles de euros de una expareja engañándola, como ya hizo con las otras mujeres. Esta vez el juicio ha sido en la Audiencia de Barcelona, a causa del alto importe defraudado y las penas a las cuales se enfrentaba, hasta ocho años y medio de prisión le pedía la fiscalía inicialmente. En esta ocasión, el estafador se quedó con más de 50.000 euros de una mujer durante el primer semestre del 2016 con créditos y gastos con tarjeta bancaria haciéndose pasar por ella en varias ocasiones y diciéndole que tenía problemas económicos.
La mujer, igual que ha pasado en otros casos, sufrió un trastorno adaptativo de ansiedad y un trastorno depresivo persistente, por el cual se tuvo que medicar y seguir psicoterapia. Sin embargo, una vez más, la defensa había pedido la absolución de su cliente por falta de pruebas y por la exención penal, a pesar de que no civil, que prevé el Código Penal por los daños patrimoniales causados entre familiares si no ha habido violencia, intimidación o abuso en razón de edad o discapacidad. Además, ha anunciado que denunciará la víctima por un delito contra la intimidad por haber seguido utilizando un móvil del acusado dónde había datos y documentos privados.
Sin embargo, esta misma semana, la Audiencia de Barcelona lo ha condenado a tres años y seis meses de prisión por estafa continuada. Esta vez, el tribunal ha considerado probado que hay delito porque, si bien la mujer le dejaba el dinero, él los pedía bajo engaño por cuestiones que no eran reales. Con esta condena, podría acabar cumpliendo la prisión de esta sentencia y de las otras.