Este fin de semana toca cambiar la hora. La madrugada de sábado a domingo, del 26 al 27 de marzo, el reloj se tendrá que adelantar una hora (a las dos serán las tres) y, por lo tanto, dormiremos menos, pero el día se alargará por la noche. Sin embargo, hace años que hay un gran debate: ¿hay que hacerlo en nuestro país? Varios estudios ponen en cuestión que modificar la hora provoque menos gasto de luz. De hecho, en Catalunya existe un Consejo Asesor para la Reforma Horaria que ya hace años que pide que se mantenga un horario estable. En concreto, proponen tener todo el año el horario de invierno, ya que va de acuerdo con nuestras horas de sol y varios estudios han demostrado que los impactos de luz por la mañana tienen más efectos beneficiosos.
La Unión Europea también hizo llegar este debate en el Parlamento Europeo, que acordó dejar de cambiar la hora a partir del año 2021. Sin embargo, los estados pidieron más tiempo para coordinarse y ponerse de acuerdo a fin de que los países europeos no tuvieran horas diferentes. Pero desde entonces, la cuestión ha quedado en el aire. La falta de acuerdo entre países, la pandemia del coronavirus, el Brexit y la guerra en Ucrania han diluido la reforma horaria y, de momento, no parece que tenga que llegar un acuerdo a corto plazo. Pero el debate no sólo lo tenemos aquí, sino que está sobre la mesa de muchos países de todo el mundo. En Islandia, por ejemplo, se hizo una consulta ciudadana para decidirlo y en los Estados Unidos el Senado ya está en proceso de iniciar el cambio.
Una franja horaria marcada por el nazismo
Además, hay que recordar que el estado español no está en la franja horaria que le corresponde según su ubicación geográfica, ya que, sobre el mapa, tendría que estar al meridiano de Greenwich y tendría que tener una hora menos. Eso es fruto de la dictadura franquista. El año 1940 el régimen franquista decidió cambiar la hora a fin de que fuera la misma que en la Alemania nazi de Adolf Hitler, que ya había obligado todos los territorios bajo su régimen a mantener el mismo horario.
Los hábitos catalanes
Desde la organización Reforma Horaria aseguran que la hora también tendría que ir de acuerdo con los hábitos de los ciudadanos. Por eso, proponen cambiar nuestros hábitos diarios para adaptarlos a los del resto de Europa, es decir, avanzar las comidas, avanzar la hora de entrada al trabajo y avanzar la hora de ir a dormir.
Según defienden, de esta manera disfrutaríamos de más libertad en la gestión de nuestro tiempo y conseguiríamos mejorar en salud y calidad de vida. Así pues, el horario de invierno sería más conveniente.