La inseguridad en el barrio del Raval es un tema que los vecinos de la zona están hartos de denunciar. Al problema de los narcopisos, de los yonquis pinchándose en la calle, de las peleas con cuchillos y de la prostitución, se añade ahora los disturbios nocturnos que impiden descansar a los ciudadanos que viven en este barrio. El último incidente tuvo lugar ayer por la noche, hacia las diez y media, en la plaza Salvador Seguí, junto a la calle Robadors. Un grupo de madres, algunas de ellas con velo, se peleaba a golpes y estirones de pañuelo mientras los niños juegaban en el parque infantil.
En las imágenes se aprecia como una mujer, de pelo largo y con cola, pega a otra vecina y le tira del velo. El resto de presentes intentan separarlas.
El problema de la seguridad en el distrito de Ciutat Vella se ha convertido en la piedra en el zapato del gobierno de Barcelona en Comú. A pesar de anunciar un plan de choque junto al PDeCAT, de nada han servido los esfuerzos para poner fin a la problemática. Ada Colau anunció, al principio de verano, la incorporación de una cincuentena de agentes de la Guardia Urbana para luchar contra el fenómeno de los narcopisos, una de las muchas problemáticas que sacuden el espacio.
De hecho, hace pocos días, el Partido de los Socialistas pedía más policías en toda la ciudad ante el descontrol de seguridad que vive la ciudad. "Los episodios de inseguridad que estamos viviendo y que se ha agravado este verano, especialmente en el distrito de Ciutat Vella, son la muestra que desde el gobierno municipal hace falta que se actúe con firmeza y sin complejos en materia de seguridad", explicaba el portavoz del PSC, Jaume Collboni.
Colau suspende como responsable de seguridad
El verano ya no empezó bien para Ada Colau que, al principio de este mes, vio como toda la oposición reprobaba su acción como responsable de seguridad en una comisión extraordinaria en la que la alcaldesa no asistió. Todos los grupos municipales le pidieron su dimisión tras una serie de episodios violentos que culminaron con la agresión de un mantero a un turista.