La lluvia ha caído con mucha fuerza en el Barcelonès, pero también en localidades de las comarcas vecinas. En la ciudad de Barcelona algunas calles, como el Paral·lel, bajaban llenas de agua, poniendo en peligro los vehículos que circulaban por ellas.
También Balmes se ha convertido en un torrente.
Las piscinas, uno de los lugares más frecuentados de la ciudad en los festivos de verano, han quedado desiertas, como ha pasado en las Picornell.
Los feriantes han sufrido especialmente los daños de la lluvia, como Esplugues del Llobregat.
Los conductores también han sufrido especialmente las consecuencias de la lluvia, porque en algunos lugares, como en Cardedeu, la visibilidad ha llegado a ser casi nula.
Las rachas de viento se han hecho sentir de forma impresionante en localidades como Sant Cugat.