El hombre que robó y agredió sexualmente a tres ancianas en Gràcia encaja con el perfil de depredador sexual. "Buscaba víctimas aleatoriamente por la calle, las seguía hasta el domicilio y las agredía. Actuaba más como una bestia que como un ser humano", ha asegurado este lunes Pere Pau Guillén, la jefe de la unidad de los Mossos d'Esquadra que ha dirigido la investigación.

El modus operandi del agresor desconcertó a los agentes que se hicieron cargo del caso el pasado 21 de octubre. "La forma de actuar era extraña, no nos cuadraba con ninguna de las agresiones sexuales que habíamos tratado en Barcelona", explica Guillén. El violador perpetró los tres ataques en fin de semana y siempre siguiendo el mismo patrón: escogía a las víctimas en la calle, las abordaba cuando intentaban entrar en su domicilio, las empujaba dentro y las golpeaba con "mucha violencia" y de forma completamente "gratuita". Mientras las mujeres recibían golpes, el hombre preguntaba dónde escondían el dinero y casi de forma inmediata empezaba a agredirlas sexualmente.

Las dos primeras agresiones se produjeron al mediodía, en un lapso de tiempo de media hora y en zonas de Gràcia muy próximas. El tercer caso se produjo durante el fin de semana del 18 y 19 de noviembre en el mismo distrito. En las dos ocasiones anteriores, el hombre no había conseguido perpetrar la violación -no hubo ningún tipo de penetración- sino que las había agredido sexualmente. Sin embargo, con la última víctima sí que consumó este tipo de violencia.

La aparición de un nuevo incidente que encajaba con las características de las dos agresiones previas puso en alerta a los Mossos, que establecieron un dispositivo especial para identificar y localizar al autor de los hechos y extremaron la vigilancia en las calles de Gràcia, con el fin de poder evitar un nuevo ataque. Las tres víctimas se movían en la misma franja de edad -dos tenían más de 90 años y una cerca de 80- y tuvieron que ser ingresadas en el hospital por las lesiones producidas. Incluso, una de las mujeres acabó de perder completamente la visión, que ya tenía previamente afectada.

Largo historial

Las indagaciones policiales permitieron identificar al agresor, un vecino Montcada i Reixac de 47 años con un largo historial delictivo detrás. El violador había sido arrestado hasta 16 veces por los Mossos y en 84 ocasiones por el Cuerpo Nacional de Policía (CNP). Un total de un centenar de detenciones, la mayoría de las cuales por delitos contra el patrimonio de todo tipo. De entre todas las visitas a comisaría, la policía no encontró ningún rastro de denuncias por agresiones o abusos sexuales.

Conocer la identidad del depredador sexual llevó a los agentes a descubrir que el hombre había vivido durante dos temporadas a Gràcia, en 2008 y 2014, motivo por el cual tenía un gran conocimiento del distrito. Actualmente, sin embargo, el agresor vivía a una zona de barracas de Montcada i Reixac. Al detectar la presencia del sospechoso en una de las casas de los alrededores, la policía empezó a buscarlo, hecho que activó las alertas del hombre, que se recluyó en su domicilio. Al ver que los Mossos acordonaban el terreno, intentó huir por la puerta de detrás de la casa, sin éxito.

"Si no lo hubiéramos detenido hubiera continuado con las agresiones", asegura Guillén convencido. Dentro del domicilio, los agentes encontraron objetos que podían pertenecer a las víctimas y otros indicios que relacionaban al sospechoso con los ataques. El detenido pasó a disposición judicial el pasado 29 de noviembre y el juez al cargo del caso decretó su ingreso en la prisión.