Una vivienda cooperativa en Manresa ha generado división de opiniones, después de un tuit de este fin de semana. La cosa es que un investigador en arquitectura de la Universidad de Nueva Gales del Sur (Australia), Philip Oldfield, compartió en Twitter imágenes de un edificio de la cooperativa barcelonesa Lacol: una fachada exterior, la escalera interior y el interior de uno de los pisos. "Me encantan los toques verdes", destacó Oldfield. Pero no a todo el mundo le encantaron tanto como él, cosa que se ha puesto de manifiesto en las últimas horas en las redes sociales, donde se han enganchado detractores y defensores del proyecto —sobre todo por los acabados.

"El acabado interior de estos pisos es tercermundista", ha criticado el usuario Xavier Dengra, en un tuit que se ha hecho viral. Según esta suerte de activista digital, "romantizar paredes y columnas de cemento y ladrillo del todo desnudas con tres plantitas, un póster y una barandilla verde de patio de escuela es indigno" y "una humillación asquerosa al sufrimiento de los jóvenes que buscan vivienda digna y asequible". Como él, decenas y decenas de tuiteros han lamentado los acabados de este proyecto cooperativo del Barri Vell de Manresa —finalizado en abril de este año—. "Correccional de menores", "Vergüenza, indecente", "Una prisión dentro de casa", "Barraca sofisticada" y "Miseria tercermundista" son otros comentarios que ha recibido la publicación original.

En cambio, otros usuarios han defendido este tipo de acabados y la esencia de los proyectos cooperativos. Es el caso del arquitecto Ekain Jiménez, que ha recordado que son los promotores cooperativistas y los arquitectos los que han decidido los acabados. "En este contexto, el resultado me parece bien", ha añadido, en un hilo de Twitter. Otras personas han reprochado que las personas que han criticado el proyecto "no entienden el concepto de cooperativa, con muchas dudas y críticas que resultarían resueltas si entendieran qué es y como funciona una cooperativa".

Ante el "interés con el tema", Lacol ha hecho un hilo de Twitter a modo de reacción y ha explicado que "La Raval es una cooperativa de vivienda en cesión de uso, impulsada por las mismas socias con el acompañamiento de La Dinamo y proyecto arquitectónico y gestión de obra de Lacol". A partir de aquí, ha apuntado que "el proyecto se desarrolla en suelo municipal cedido después de ganar un concurso del ayuntamiento" y que se trata de "un modelo de vivienda centrada en la propiedad cooperativa y la no especulación".

La cooperativa también ha señalado que "han definido un nuevo pasaje que conecta la plaza Hospital con L'Anònima, integrando el edificio con su entorno". "Una vez en el interior, el patio central se convierte en el espacio de referencia para la vida comunitaria. Desde el acceso, se puede ver cómo el patio se sube hasta la quinta planta, culminando en un atrio con jardín de invierno y terraza con vistas en Montserrat", han añadido, antes de insistir en el hecho que la distribución de los espacios comunitarios potencian "el uso compartido de todo el edificio".

Con respecto a los acabados, Lacol ha indicado que "la construcción es convencional, con estructura de pilares de hormigón y cierres de cerámica y madera" —reconociendo que les habría gustado madera para los pilares, pero que el mercado estaba desbocado—. Se trata de "materiales vistos para personalizar según el gusto de las mismas habitantes de cada vivienda". Finalmente, han destacado que cuentan "con una buena capacidad de aislamiento exterior de cal y corcho, y funcionamiento pasivo". "¡Con todo esto hemos conseguido un edificio el máximo de eficiente con un consumo energético con 0 y con 0 emisiones de CO₂!", han concluido.

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