8.000 voluntarios trabajan en toda Catalunya al lado de los Bomberos ayudando a apagar fuego. Su trabajo está perfectamente organizado y queda lejos la imagen del vecino que subía con más corazón que medios y un cubo de fregar montaña arriba a apagar fuego. Ahora las ADF (Agrupación de Defensa Forestal) y Protección Civil organizan el trabajo de los voluntarios para que todo encaje perfectamente en la cadena. Aparte hay 2.171 bomberos voluntarios que trabajan a primera línea de fuego y que tienen la misma formación que los bomberos profesionales.
Todos trabajan bajo las órdenes de los bomberos y tanto organizan el trabajo logístico como trabajan en la zona caliente, según el tipo de voluntario del que se trate. "Donde no llega la Administración, llega la colaboración ciudadana", dice el jefe de los GRAE Joan Borràs.
"Con los años la respuesta de emergencias se ha ido profesionalizado y se ha ido arreglando todo el voluntariado" explica en El Nacional, Sebastià Massaguer, jefe de la División de Grupos Especiales de los Bomberos de la Generalitat. Los voluntarios se encuentran con los bomberos en los puntos de tráfico y en centro de mando adelantado. Desde este punto es desde donde se dan las instrucciones de lo que se puede hacer.
"A veces pasa que la gente del pueblo te viene a ofrecer termos de café. Antes se les decía: andad que encontraréis un coche de bomberos. Ahora no. Ahora se lleva al punto de tráfico". El voluntariado hace tareas de apoyo como facilitar agua. Pero en la zona caliente, "en el interior del perímetro del incendio se hace con profesionales, que no quiere decir que no haya los propios voluntarios de los bomberos, ADF y Protección Civil", dice Massaguer. El ADF es el único cuerpo de voluntarios que puede apagar fuego. "En según qué zonas todavía llegamos primero que los bomberos", dice a El Nacional Xavier Jové, presidente del Secretariado de Federaciones de las ADF. Mientras una ADF se activa sola y tiene experiencia y medios para hacer una primera intervención sobre el fuego, los voluntarios de Protección Civil o los espontáneos de cada fuego tienen un trabajo más acotado a la logística.
Al voluntario ocasional, actualmente se lo redirecciona al Ayuntamiento y al cuerpo de Protección Civil local si hay. Los municipios acostumbran a tener un Plan de Acción Municipal en caso de incendio que precisamente regula todo el trabajo de los voluntarios, de la gente del pueblo que quiere echar una mano. Después de los incendios de 1994 muchos pueblos hicieron su propio plan de organización municipal en caso de incendio y crearon tanto lugares donde alojar a los vecinos como todo el mecanismo de información en la población.
Actualmente las redes sociales y los medios de comunicación locales alertan de las emergencias, y también de los incendios, y facilitan los mensajes que hay que dar a la población.
Los bomberos del siglo pasado
"Nuestra historia viene de los años 60, cuando el campesinado de zonas como el Solsonès o el Bages se organizaba para hacer frente a los incendios", dice a El Nacional Xavier Jovés, presidente del Secretariado de Federaciones de las ADF". Hace 30 años "los bomberos no tenían ni los medios ni la experiencia" de ahora y por eso el campesinado se organiza, explica. El origen de las Agrupaciones de Defensa Forestal son tractores particulares que estiraban bombas de agua y grupos de campesinos que iban a apagar fuego.
Su signo de identidad es la "proximidad y conocimiento del territorio". Saben todos los rincones y como llegar, y siempre son junto al fuego.
El año 1986 la Generalitat de Catalunya reconoce el trabajo de las ADF y las regula creando el plan "Foc Verd". La ADF de cada territorio está formada por los propietarios forestales y los Ayuntamientos. Actualmente, sin embargo, hay voluntarios que no son propietarios de ningún terreno agrícola pero que trabajan en la prevención y lucha contra el fuego igualmente desde estas entidades, que sobreviven sólo con las subvenciones del departamento de Agricultura, Ganadería y Pesca y las Diputaciones de Barcelona y Girona. El plan "Foc Verd" permite extender la experiencia a todo el territorio y "en lugares donde no hay propietarios ha surgido una nueva hornada de gente joven que ha creído en la defensa de los bosques y de su zona", dice Jovés.
Cuando hay un incendio los ADF van al punto de tráfico y allí se distribuye el trabajo y se los envía donde hay bomberos. Si faltan manos, sin embargo, pueden encargarse de una zona ellos solos, tirar manguera y apagar el fuego. "Al incendio de Òdena actuamos en una zona solos por falta de medios de los bomberos", explica Xavier Jovés con toda naturalidad, entendiendo que es una responsabilidad que tienen y que asumen a gusto. De hecho asegura que ADF y bomberos actúan "de mutuo acuerdo. No nos hacemos la guerra" y que su "trabajo más importante es la prevención y la limpieza de los caminos, el mantenimiento de las fuentes, de los puntos de agua...". "Somos una herramienta potente que tiene la Generalitat" concluye el presidente de las ADF.
Actualmente hay 305 ADF en toda Catalunya, aunque no todas están operativas. Ahora mismo se está haciendo un censo para calcular, además, cuántos voluntarios trabajan. Se calcula que el número está entre las 6.000 y 7.000 personas.
Participación ciudadana 100%
La gran plataforma de participació ciudadana ha sido Protección Civil. El año 1997 entra en vigor la ley de Protección Civil que prevé la regulación de la participación ciudadana para hacer pedagogia y prevención de las situaciones de riesgo y de actuación en casos de emergencias.
Básicamente las agrupaciones de Protección Civil tienen trabajos logísticos en situaciones de emergencias, aparte de hacer el matenimiento de los planes previstos en cada municipio, del material, y velar por las señalizaciones de caminos y zonas de riesgo. En caso de emergencia cuidan de la atención a la población afectada y especialmente a los evacuados, destinando de forma prioritaria sus recursos humanos y materiales a preparar los centros de acogida, ponerlos en funcionamiento y gestionarlos.
Entre los trabajos asignados hay también: Informar a la población, hacer el seguimiento y señalización del riesgo, hacer los traslados y acompañamientos de población fuera de la zona caliente y gestionar al voluntariado ocasional. En la Bisbal de l'Empordà, por ejemplo, estos días es protección civil quien está repartiendo el agua a los vecinos.
Actualmente en Catalunya hay 111 asociaciones y 1.354 voluntarios en el Registro especial de Protección Civil del Departamento de Interior, y 12 asociaciones más haciendo los trámites de registro.
Por demarcaciones, Barcelona es la que tiene registradas más Asociaciones de Voluntarios de Protección Civil (36 AVPC y 357 voluntarios), seguimiento de Girona (35 AVPC y 484 voluntarios), Catalunya Central (14 y 121 voluntarios), Tarragona (13 y 237 voluntarios), Tierras del Ebro (7 y 71 voluntarios), Lleida (5 y 72 voluntarios) y Alto Pirineo (1 y 12 voluntarios).