El caos de Vueling se va normalizando. Aunque la compañía no informa de nada, en el aeropuerto, más allá de las colas para hacer el check in, la situación está más o menos controlada. Se habrían cancelado tres vuelos, hay retrasos en algunas llegadas que acarrean las cancelaciones de ayer, pero la cola en el mostrador de reclamaciones no llegan, ni mucho menos, a las que había ayer. Los ánimos tampoco son los mismos. No hay crispación. Resignación, sí. 

La mayoría de los pasajeros que volaban hoy han podido salir. Algunos lo han hecho de madrugada después de estar toda la noche esperando que los recolocaran en otros aviones, después de que los cancelaran los vuelos del sábado.

Vueling no habla, pero los trabajadores sí. Dicen que están "presionados y fatigados", y atribuyen el caos de estos días al "crecimiento desmesurado que no se sostiene". Aseguran que "faltan aviones y tripulación" y que no dan "abasto".

Ayer y hoy han tenido que recolocar a todos los pasajeros de los vuelos cancelados. Ponen en cuestión que la compañía hubiera hecho una buena previsión para dar servicio a todos los vuelos previstos. 

Hoy los Mossos d'Esquadra siguen vigilando la zona para evitar disturbios y se han visto los primeros abogados rondando cerca de los mostradores de reclamaciones recomendando denunciar Vueling y ofreciendo sus servicios.

Vuelos cancelados

Desde ayer se han cancelado 13 vuelos programados para hoy –la mayoría previstos para esta madrugada y que tenían como destino varias ciudades europeas como Frankfurt, Dubrovnik, Ibiza y Málaga–, mientras que la compañía sólo ha anunciado a través de su web la cancelación de dos vuelos: el de las 18.50 horas que volaba desde el aeropuerto de Loiu de Bilbao a Barcelona y el de las 20.35 horas que hacía el viaje a la inversa. Pero los vuelos que no salen son sólo un elemento más que se une a este cóctel de desorden y confusión.

Otra vez, la suma de horas acumuladas vuelve a establecerse como uno de los problemas principales para los pasajeros, y más todavía en una jornada como la de hoy, en la que están previstas 1.039 operaciones entre llegadas y salidas, la cifra más alta en el aeropuerto del Prat desde el inicio de las vacaciones de verano.

La situación en el aeropuerto en torno a las 12 horas de este domingo por la mañana, sin embargo, no parece tan desesperante como los otros días. Los ánimos de la gente parecen estar más calmados y la gente que se acumula en las oficinas de Vueling no es tan numerosa –de momento– como las otras jornadas, pero en los diferentes check in de la compañía se acumulan largas colas desde muy pronto.

Colas a las seis de la madrugada en el check in de Vueling / Marta Lasalas

Después de que ayer al menos 17 vuelos quedaran colgados y marcados como "no operados" –y no como cancelados–, la aerolínea sigue acumulando cancelaciones de vuelos y complicando el inicio de las vacaciones a miles de personas que se acumulan delante de los mostradores de Vueling que, como paradoja, rezan "Posible by Vueling".

Colas a las 12 horas delante de los mostradores de Vueling / Gemma Liñán

Incertidumbre en estado puro

A las horas de espera y los vuelos cancelados, todavía se suman los pasajeros de los aviones que ayer no levantaron el vuelo, que llena las oficinas del aeropuerto del Prat de Vueling de colas masivas de personas que esperan una respuesta a sus preguntas.

Todavía ahora hay quien lleva más de 13 horas esperando que salga su vuelo y sigue sin tener ni idea de cuándo saldrá.

Los sueños de muchos siguen desvaneciéndose poco a poco y los problemas de la aerolínea les están haciendo perder los viajes contratados y los nervios de los pasajeros, que han tenido que sustituir sus viajes por largas horas de espera.

Ha habido quien, con más humor, ha comparado la compañía con un tren de cercanías. Eso sí. Con alas.

Los 'memes' ya empiezan a hacer acto de presencia en las redes sociales ante la desesperación de la gente.