Las lluvias han dado un respiro a la sequía en Catalunya. En las últimas semanas, las cuantiosas precipitaciones que han caído sobre el país han permitido ir llenando unos embalses que iban desesperadamente cortos de agua. A principios de marzo, los pantanos en su conjunto contenían menos de un 15% de su capacidad. Pero las previsiones han cambiado absolutamente y hoy las reservas ya se acercan poco a poco hasta el 40%, una situación que hacía mucho tiempo que no se veía. Tan buena es la realidad actual, de hecho, que el Govern se ha visto con ánimos de anunciar que el sistema del Ter-Llobregat (los embalses que proveen de agua a más de seis millones de catalanes que viven en Barcelona y Girona) sale de la excepcionalidad por sequía y ve rebajadas al máximo sus restricciones en el uso de agua.
Pero no todo el país tiene la misma fortuna. Mientras que la mayor parte del país ha ido retrocediendo en la severidad de su situación, hay una pequeña zona en el sur de Catalunya que todavía se encuentra inmersa en la crudeza de la sequía. Se trata del ámbito de Riudecanyes, Margalef y Siurana, que se encuentra en las comarcas del Priorat y del Baix Camp.
El contraste es sorprendente. Mientras que la mayoría de pantanos en Catalunya se han ido llenando —el de Sau, por ejemplo, ya se acerca al 50% y empieza a cubrir como era habitual la base de la Iglesia, que había quedado completamente al descubierto por la sequía—, en este rincón de Catalunya continúan en una situación crítica. Sus embalses se encuentran prácticamente vacíos: el pantano de Siurana contiene solo un 2,07% de su capacidad, y Riudecanyes solo llega al 2,3%, hecho que provoca que todavía se encuentre en fase de emergencia por sequía. La situación ha generado un escenario absolutamente árido que solo pueden revertir las lluvias si dejan de esquivar esta zona.
El grito de alerta de David Mascort
De hecho, de esta realidad ha hablado hoy mismo el conseller de Acció Climàtica, David Mascort, a quien ha alertado este jueves que ya hay problemas "graves" de desabastecimiento de agua en municipios del sur. "Hay una zona que es un drama, es la peor zona del país", ha dicho, en referencia a este ámbito de Riudecanyes, Margalef y Siurana. "Allí necesitamos que entre de levante, pero no entra", ha dicho el conseller, que ha asegurado que los alcaldes del Priorat están muy preocupados y algunos de ellos ya van con cisternas desde hace unas semanas. Frente a este quebradero de cabeza, el Govern está buscando soluciones de urgencia y acelerar algunas de las inversiones previstas. Uno de los proyectos que se podrían acelerar es el de llevar agua de Garcia hasta el embalse de Margalef, pero ha recordado que eso es territorio de la Confederación Hidrográfica del Ebro, que pertenece al Gobierno.