El Zoo del Pirineu, un refugio de animales ubicado en Odèn (Solsonès), rescató un total de 420 animales el año 2024 y eso ha hecho que se encuentre "al límite" de su capacidad. La mitad no se han podido devolver a la naturaleza porque presentaban heridas irreversibles y, en estos momentos, las instalaciones ya acogen unos 250 animales de 60 especies diferentes, todas autóctonas de la península Ibérica. La fundación sin ánimo de lucro que gestiona el equipamiento ya está ampliando las instalaciones, pero avisan de que les hacen falta más subvenciones y patrocinios para poder salir adelante.

"¿Qué pasa guapo?". Esta es la pregunta con que el cuervo Alfonso recibe a los visitantes del Zoo del Pirineu, el centro de rescate de animales salvajes mayor de Catalunya. Los cuervos son animales capaces de imitar sonidos de su entorno y a Alfonso le quedaron grabadas las palabras que repetía constantemente el halconero con quien convivió durante muchos años. Es uno de los 250 animales que viven permanentemente en las instalaciones de Odèn (Solsonès) que, entre otros, cuenta con zorros, corzos, jabalíes, ciervos, rebecos, búhos, halcones, palomas o tortugas.

La Fundació Zoo del Pirineu es una organización que acoge y cuida animales salvajes maltratados o heridos y, en caso de que sea posible, les devuelve a la naturaleza. El año 2024 el refugio rescató 430 animales, una cifra récord, de los cuales un 45% no ha podido volver a vivir en libertad por sus lesiones o el grado de discapacidad. Uno de los casos es un águila dorada -a la cual han puesto el nombre de Glòria- que llegó al Zoo en estado crítico después de electrocutarse. Glòria sobrevivió y, desde entonces, recibe cuidados del equipo veterinario del centro, pero no puede volver a vivir en libertad.

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El Zoo cuida de los animales que rescate, algunos de los cuales tienen "heridas permanentes". Fotografía: ACN

La veterinaria del centro, Laia Sànchez, explica que muchos de estos animales que rescataron el año pasado presentaban "heridas permanentes" y eso hizo que se los tuvieran que quedar y, por lo tanto, llegar "al límite" de su capacidad. Sànchez adelanta que están construyendo nuevas instalaciones dentro del perímetro del Zoo del Pirineu con el objetivo de tener más espacio, pero eso no permitirá incrementar mucho la capacidad, sino dar unas mejores condiciones de vida a los animales que ya viven allí. De hecho, desde el Zoo alertan de que, sin más recursos, se verán obligados a rechazar casos urgentes durante el 2025.

Más de 16.000 visitantes anuales

El Zoo del Pirineo recibió el año pasado más de 16.000 visitantes y es de lo que solo es un refugio para animales, sino que también es un centro de aprendizaje y concienciación sobre la fauna autóctona. Sànchez cree que es muy importante dar a conocer qué ha pasado a los animales que llegan al centro. Por ejemplo, la veterinaria explica que recientemente les ha llegado un jilguero con las plumas enganchadas con cola. Sospechan que este pájaro habría sido víctima de alguna trampa ilegal de caza. Desde el centro están haciéndole cuidados con el objetivo de retirarle toda la cola que tiene enganchada y que pueda volver a utilizar las alas libremente. "Es importante que el público sepa qué los pasa a estos animales para que casos como estos no vuelvan a pasar", ha expuesto.

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Desde el Zoo tratan de ampliar sus instalaciones. Fotografía: ACN

Otra de las situaciones recurrentes con que se encuentran está relacionada con las crías de corzo. Sànchez explica que se encuentran cada año en que hay personas con que se llevan crías de la naturaleza, pensándose que se han perdido y no es así. "Es normal encontrarse crías de corzo solas escondidas en medio de los matorrales. Es un comportamiento normal de esta especie de animales y no significa que se hayan perdido. Las madres están escondidas también y, cuando la cría lo necesita, la madre la va a buscar para darle de comer y después se vuelven a esconder por separado, explica la veterinaria.

Aparte de los visitantes que llegan a las instalaciones de Odèn, el Zoo del Pirineu también tiene en marcha un proyecto para llevar los animales a las escuelas, una rama que quieren potenciar. Se trata de un taller en que los niños pueden ver, acariciar y alimentar estos animales con el objetivo de despertar la empatía de los jóvenes y "hacerles ver la necesidad real de la protección del medio natural".