Un día es Iberdrola y, al siguiente, Paradores. Al otro, una cadena de supermercados e, incluso, alguna empresa vinculada a petroleras como Shell. Todos, más pronto o más tarde, anuncian el despliegue de nuevos cargadores en la geografía nacional. Con todo, son cantidades escasas que no sirven, ni de lejos, para colocarnos al mismo nivel que otros países. Tenemos, además un volumen de cargadores fuera de servicio que roza lo indecente.
¿Cuántos hay?
En 2020, los cargadores que existían en el territorio nacional eran 8.000. Después, en 2021, se superaron los 13.000 y 2022 se cerraba con 22.000. Entre 2020 y 2022, el incremento ha sido de 175 puntos porcentuales. El problema está en la cifra de este año: cerraremos 2023 con 22.760 puntos de recarga públicos según Anfac, la asociación de fabricantes de automóviles. El crecimiento se ha frenado.
Poca potencia
Hay, sin embargo otra cuestión que va más allá de las simples cifras y que tiene que ver con la potencia. El 73% de esos casi 23.000 cargadores tienen una potencia inferior a 22 kW. Son, en suma, cargadores lentos. Sólo tenemos 875 de 150 kW y, si nos fijamos en los ultrarrápidos, resulta que sólo hay siete. ¿Cuáles son? los de 250 kW. El Barómetro de Anfac muestra otro dato muy preocupante: de esos casi 23.000 cargadores que existen, 6.704 están fuera de servicio. Ya no es que lo del coche eléctrico empiece a parecer una broma de mal gusto: es que, lo de los cargadores también lo parece.