El aceite de orujo de oliva, considerado por muchos como la versión low cost del aceite de oliva convencional, ayuda a reducir cintura (y barriga), grasa visceral y niveles de colesterol e insulina. Así lo indican dos recientes estudios del Instituto de Ciencia y Tecnología de los Alimentos (ICTAN) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

 

Ensayos clínicos

El primer estudio ha incluido ensayos clínicos en los que han participado 132 voluntarios y concluye que el aceite de orujo de oliva puede mejorar el perfil de los lípidos en sangre. Los resultados muestran como este tipo de aceite reduce el colesterol malo (lipoproteínas de baja intensidad LDL) y las apoliproteínas B, que se unen a los lípidos en sangre y los transportan. La disminución se observó tanto en voluntarios sanos como en los de riesgo de presentar anomalías relacionadas con altos niveles de colesterol. En el segundo, se observó una disminución de la grasa visceral y un incremento de la leptina, una hormona que promueve la reducción de la ingesta energética mediante señales de saciedad en el cerebro.

Mejora la calidad nutricional de los alimentos fritos

Además de las citadas, el aceite de orujo de oliva tiene otra ventaja: mejora los alimentos fritos, según pudo comprobar en 2021 el Instituto de la Grasa (organismo vinculado al CSIC) en un estudio que desarrolló con patatas congeladas prefritas, congelados empanados y congelados rebozados prefritos. En todos los casos, se comprobó que los componentes beneficiosos para la salud presentes en el aceite de orujo de oliva resisten a la fritura y se transfieren a los alimentos fritos mejorando su calidad nutricional.

¿Qué es el aceite de orujo de oliva?

El aceite de orujo de oliva se obtiene a partir del alperujo, un producto compuesto por los restos de aceituna que quedan tras extraer el aceite de oliva virgen. Cada año, se producen 120.000 toneladas de este aceite en España, pero la mayoría se exporta porque no se trata de un aceite muy apreciado en nuestro país. Quizá sea hora de cambiar de idea, ya que, además de ser beneficioso para la salud, es más barato que el aceite de oliva.