Seguramente no es todo lo que haría falta, porque nadie que lo haya sufrido en carne propia negará que organismos como la Seguridad Social o el Servicio Público de Empleo necesitan más medios y personal, pero la Administración General del Estado incrementa este 2023 su inversión y su gasto en tecnología: el montante de ambos guarismos en conjunto crece, en concreto, un 12%.

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Más de 2.334 millones de euros

Lo que se invertirá y gastará en este 2023 es, según se fija en las cuentas públicas, 2.334 millones de euros. Son, en concreto, 249 millones más que en 2022, año en el que se invirtieron y gastaron en la Administración General del Estado 2.085 millones de euros en tecnología. El matiz que supone hablar de inversión y gasto no es banal: de los 2.334 millones de euros previstos, 1.323 financian nuevas inversiones y 1.011, gastos corrientes. La inversión crece, así, un 18%. De los 2.334 millones de euros totales, el 35% se financia con fondos europeos.

Modernización

Las inversiones, se explica desde la Administración General del Estado, se destinan a “impulsar la modernización” en un “momento complejo y lleno de desafíos” que se define como “volátil, inseguro, complejo y ambiguo”, pero la directora del Instituto Nacional de Administración Pública va incluso más allá y habla, directamente, de un entorno “quebradizo, ansioso, no lineal e incomprensible”. Al hacerlo, tiran todos de acrónimos: volátil, inseguro, complejo y ambiguo es, en siglas y en inglés, un entorno VUCA (Volatility, Uncertainty, Complexity y Ambiguity) y, para lo de quebradizo, ansioso, no lineal e incomprensible, echan mano de las siglas BANI que identifican a situaciones que, en inglés, se definen como Brittle, Anxious, Non Linear y Incomprehensible. En suma, y para que se entienda: van a gastar más dinero de tus impuestos pero, si has de pedir una cita para tramitar el paro o concretar tu jubilación, vas a tenerlo igual de difícil o incluso más por culpa del Bani ése. Excusas, como siempre, las que quieras.