La idea es de la Agencia Espacial Europea y, aunque puede parecer salida de una película de ciencia ficción, los expertos que la han presentado consideran que es viable: creen que, a largo plazo, podrán ser capaces de captar la energía del sol con enormes satélites situados en órbita geoestacionaria que serían también capaces de convertir toda esa potencia en microondas de baja densidad que se transmitirían a estaciones receptoras situadas en nuestro planeta y, de allí a nuestros hogares.
Un sueño ambicioso
La idea de la Agencia Espacial Europea es, de momento, sólo un planteamiento inicial y sus propios promotores admiten que los análisis realizados han permitido adaptar desafíos que, aunque asumibles en lo técnico, son prohibitivos en lo económico ya que, de entrada, los satélites captadores que harán falta deberían ensamblarse en el espacio. Con todo, el organismo europeo ha activado ya una iniciativa bautizada como Solaris, que busca allanar el camino del proyecto.
¿Y las ventajas?
El sistema planteado permitiría ofrecer energía estable y continua, justo como hacen hoy las centrales nucleares y térmicas y no son capaces de lograr los sistemas de producción de energía basados en el sol o el viento. El objetivo, ahora, es continuar con los trabajos previos hasta, como mínimo, 2025, el año en el que consideran debería tomarse una decisión definitiva sobre la idea. De entrada, dan por hecho que cada satélite captador que se ponga en órbita podría producir hasta 2 GW