Si los proyectos que en su día se emprendieron en Asturias, León y Puertollano para convertir España en líder europeo en sistemas de captura de CO2 y permitir, al tiempo, la continuidad de la minería del carbón y la generación eléctrica mediante quema de este mineral sin impacto en el medio, España encararía hoy el cambio energético en curso con muchas más garantías y menos incertidumbre, pero lo cierto es que, por decisiones políticas, aquellos proyectos (que destacaron por sus buenos resultados) son ya historia y que España lo fía todo a las renovables y a unos todavía ni siquiera proyectados sistemas de almacenamiento energético. En el horizonte, y con el cierre de las nucleares ya decidido, se intuye una dependencia todavía mayor del gas argelino, ya que habrá que construir más centrales de ciclo combinado cuando el átomo ya no produzca energía en nuestro país. Mientras, en Alemania nos demuestran cuánto erramos el tiro al liquidar aquellos esperanzadores proyectos de captura de CO2: ahora, el gobierno alemán reimpulsa las tecnologías de captura y almacenamiento de carbono con el borrador de su Estrategia de Gestión del Carbono.

 

Objetivo

Alemania espera tener en funcionamiento al menos un proyecto de captura y almacenamiento de carbono a gran escala en la industria del cemento y la cal, así como en la incineración de residuos antes de 2030. Así figura en el borrador al que ha tenido acceso el Frankfurter Allgemeine Zeitung. La nueva estrategia incluye una clasificación de posibles áreas de aplicación, una especie de "semáforo de captura y almacenamiento de carbono". En la parte superior, en verde oscuro y por tanto con derecho a apoyo estatal, se encuentran el cemento, la cal y los residuos, mientras que la industria química básica y sus plantas de craqueo a vapor están justo por debajo. En el nivel amarillo se encuentran la reducción directa del acero alimentada con gas, la industria del vidrio y el hidrógeno azul.

 

UE

Desde la UE, se ha presentado ya una estrategia de gestión industrial del carbono, pero Europa aún enfrenta obstáculos importantes hasta que se establezca un sistema de gestión que funcione bien para almacenar y utilizar las emisiones de carbono, incluidos los costos para poner en marcha un mercado a nivel de la UE y la infraestructura necesaria. En España, la minera Hunosa plantea recuperar parte de aquellas finiquitadas experiencias de captura de CO2.