¿Puede una especie invasora convertirse en aliada de la agricultura? La respuesta del Instituto Andaluz de Investigación y Formación Agraria, Pesquera, Alimentaria y de la Producción Ecológica (Ifapa) es que sí. El alga asiática Rugulopteryx Okamurae se puede utilizar como biopesticida y fertilizante.

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Compost

El Ifapa ha ensayado el uso de esta especie de alga como abono tipo compost en explotaciones hortícolas y, también, en cultivos en semillero. La idea es que, una vez finalizado el estudio, la Consejería de Agricultura de la Junta de Andalucía ponga el producto a disposición del sector agrícola. Para ello, se organizarán unas jornadas de transferencia de conocimientos en las que se dará a conocer el nuevo uso del alga con el objetivo de, explica la Junta de Andalucía, “abrir nuevas posibilidades de mercado”. El deseo de la Junta es que este ya a todos los efectos recurso natural endógeno se incorpore a la actividad cotidiana de la agricultura andaluza. Existe incluso un foro multisectorial que trata de diseñar sistemas de control que eviten su proliferación. Al Mediterráneo llego, muy posiblemente, en aguas utilizadas como lastre en barcos mercantes.

¿Qué es?

El alga en cuestión está presente desde hace unos ocho años en el Estrecho de Gibraltar y procede del Pacífico noroccidental. Se identificó por vez primera en Ceuta, a finales de 2015, cuando un denso manto de algas parduzcas y de olor intenso comenzó a aparecer en las playas de la Ciudad Autónoma. Poco después, llegaron los arribazones masivos de un alga que ha alterado la biodiversidad del Estrecho, dificulta el trabajo de los pescadores y ha aparecido también ya en playas de Marbella y Estepona. Desde 2020 se la considera especie invasora y, al asumirse que nos es posible su erradicación, el Ifapa busca nuevos usos. Se trata de la primera alga marina calificada como especie invasora.