Los acopios (también llamados escombreras) de antiguas explotaciones mineras son fuente de riqueza, porque atesoran minerales que, tras un mínimo tratamiento, pueden comercializarse. En Galicia, en concreto, la explotación de uno de estos depósitos va a permitir que España produzca coltán.
Mineral estratégico
El coltán, mezcla de niobio y tantalio, es un mineral extraordinariamente dúctil y conductor que soporta altas temperaturas y puede almacenar y liberar carga eléctrica fácilmente. Por todo ello, resulta idóneo para la fabricación de diferentes componentes de los teléfonos móviles. Principalmente se extrae de minas situadas en Congo en las que se trabaja en condiciones muy precarias e inseguras. En España, el único yacimiento identificado cuya explotación resultaría rentable se encuentra en la provincia de Orense, donde una empresa hispano-estadounidense recupera desde 2018 niobio y tantalio de una escombrera generada por una antigua mina de estaño y tiene previsto iniciar la explotación a cielo abierto del yacimiento para extraer, además de los dos metales que forman el coltán, cuarzo, estaño y feldespato. Sin los trabajos en el escombrera y la riqueza generada por la recuperación de los minerales en ella contenidos, el proyecto no hubiese salido adelante.
Aprovechamiento de escombreras
El aprovechamiento de escombreras y acopios mineros no es una técnica nueva. De hecho, en Cardona (Barcelona), Ercros explotó hasta 2017 la Terrera Nova, resultado de las operaciones mineras de extracción de potasa que se desarrollaron durante más de un siglo, para recuperar cloruro sódico con el que producir cloro en una planta industrial que cerró en 2018.
En Barruelo de Santullán (Palencia), Victorino Alonso, quien fuera conocido como el Rey del Carbón, se hizo a principios de los 80 con las antiguas explotaciones carboníferas de la localidad y los depósitos de estériles acumulados tras más de 150 años de explotación. Con nuevas técnicas de tratamiento y utilizando el lavadero que Hullera Vasco Leonesa construyó en la población a finales de los 60, logró recuperar carbón suficiente como para asentar los cimientos de un imperio minero estructurado en torno a las empresas Uminsa y Coto Minero del Cantábrico que dio trabajo a más de 3.000 personas en Palencia, León y Asturias y cuyas actividades cesaron en 2018. La explotación de escombreras, sin duda, es todo un acierto que, ahora, nos va a permitir producir coltán en España. En concreto, más de 70 millones de toneladas en 30 años, que es el tiempo durante el que se espera que pueda funcionar la mina de A Penouta.