En la guerra que va camino de dislocar completamente las economías occidentales, Ucrania está recuperando terreno durante los últimos días. Tras siete meses de combates, Rusia parece flaquear y las tropas ucranianas habrían recuperado más de 3.000 kilómetros de terreno. ¿Cómo lo han hecho? Pues gracias, en buena parte, a una serie de armas tecnológica y conceptualmente muy avanzadas que acaban de incorporar a su arsenal.

Lanzacohetes Himars
Lanzacohetes Himars

Lanzacohetes y obuses

Aunque (todavía) Occidente no esté ayudando a Ucrania con tropas sí lo hace con material y entre lo que se ha entregado destacan especialmente dos armas ofensivas que Ucrania ha incorporado a sus unidades de artillería: los lanzacohetes Himars y los obuses remolcados M777. Los primeros, de origen estadounidense y diseñados para montarse sobre vehículos semipesados, destacan por su efectividad y su largo alcance: pueden cargarse con hasta seis cohetes y son aptos para bombardear objetivos situados a 500 km si se utilizan con misiles de alta precisión. El obús remolcado M777, por su parte, permite seleccionar objetivos enemigos situados a entre 20 y 35 kilómetros y utiliza los proyectiles especiales Excalibur, que disponen de sistemas de GPS capaces de corregir la trayectoria. Además, lleva el sello de Vickers, hoy integrada en el grupo BAE Systems. Vickers es una histórica firma británica de armamento que diseñó y fabricó la ametralladora que lleva su nombre, arma estándar el Imperio Británico entre 1912 y 1968 y una de las más longevas y destacadas de su clase durante todo el siglo XX. Del M777 cuentan que es un heredero más que digno.

Misiles antirradar

En cualquier guerra, atacar en las mejores condiciones es crucial y, para lograrlo, nada mejor que destruir los radares enemigos. Para ello, las tropas ucranianas disponen de los misiles AGM-8 HARM, diseñados especialmente para detectar radares militares enemigos y destruirlos situados a distancias de hasta 100 km. Si se combinan con los MIG-29 de los que dispone Ucrania aumentan su efectividad.  

El renovado arsenal ucraniano se completa con más de 600 misiles antiáereos portátiles Stinger a los que se podrían sumar otros 800 en breve. Otras 4.,200 armas ligeras antitanque de nueva generación de origen británico aumentan las posibilidades de la infantería ucraniana, ya que son armas capaces de destruir hasta tanques y blindados y pueden ser disparadas por un solo soldado con intervalos de 15 segundos entre disparo y disparo.   El tiempo, parece, corre en contra de Putin.