En Australia extraen una barbaridad de carbón cada año, en torno a unos 580 millones de toneladas, y exportan gran parte de ellas. Su intención es no dejar de hacerlo, pero lo que no está tan claro es que vayan a seguir utilizándolo ellos mismos. De momento, esta semana nos hemos encontrado con un anuncio importante: la eléctrica AGL ha anunciado que adelanta diez años el cierre de la central térmica Loy Yang A, la mayor del país. Quedará a su lado, eso sí, Loy Yang B
Cierre en 2035
Loy Yang A incluye cuatro grupos térmicos que, combinados, produce cada año 2.210 MW. El combustible que emplean es lignito que procede de la cercana mina a cielo abierto de Loy Yang, donde se extraen unos 30 millones de toneladas anuales. Cuando Loy Yang A cierre, lo que sucederá en 2035, quedarán funcionando los dos grupos de Loy Yang B, que son capaces de generar 1.070 MW anuales. La mina y el complejo térmico se encuentran a unos 160 km de Melbourne, muy cerca de la ciudad de Traralgon y en pleno valle de Latrobe, una de las zonas carboníferas más ricas de Australia.
¿Por qué el cierre?
AGL quiere, explica en un comunicado, “acelerar” la transición de Australia hacia las renovables y, con el cierre anticipado de parte de esta planta térmica espera evitar la emisión a la atmósfera de 200 millones de toneladas de gases contaminantes. En 2025 está previsto que cierre también la central térmica de Eraring, con 2.880 MW de potencia y a 94 km de Sidney.