En realidad, más que a un avión, se parece a un tren  y es la alternativa al Hyperloop, el tren ultrarrápido que planea Elon Musk, para desbancar al avión como el medio de transporte de pasajeros más veloz. Diferentes compañías de todo el planeta trabajan en proyectos semejantes, pero el competidor más duro que se le presenta a Musk se llama TransPod: la compañía canadiense ha anunciado hace pocas semanas que piensa construir un tren propulsado sólo con energías renovables que circulará por el interior de un tubo y podrá unir Calgary y Edmonton, ciudades que distan entre sí 299 km, en 45 minutos. El tren por tanto, circularía a unos 400 km/h entre estas dos ciudades, pero sería capaz, si fuera necesario, de circular a 1.000 km/h.

transpod FluxJet

FluxJet

El nuevo tren, que se llamará FluxJet, es más rápido, limpio y lujoso que muchos aviones y sus promotores aseguran que su huella de carbono será igual a cero. Con todo, parece que aún queda mucho para que el proyecto pase de lo que es hoy: un simple boceto vistoso. Los pasajeros, explica la empresa responsable del proyecto, viajarían en vagones de lujo o cápsulas con capacidad para 54 pasajeros, dos sillas de ruedas y equipajes. En función de las necesidades, el espacio interior puede adaptarse y las cápsulas pueden servir también para transportar mercancías.

¿Cómo funciona?

El FluxJet utiliza un sistema de levitación magnética que elimina la resistencia del rodaje. Esta se aplicaría fuera de los cascos urbanos y el mecanismo de aceleración será similar al que se utiliza en el CERN de Suiza. Las cápsulas, de hecho, volarían dentro de un tubo de vacío y, por ello, se considera que estos trenes son vagones sin alas. De momento, en TransPod dicen haber recaudado ya unos 550 millones de euros para hacer realidad su proyecto, pero la infraestructura necesaria para unir Calgary y Edmonton cuesta 18.000 millones. ¿Lo lograrán? La historia nos dará o quitará la razón, pero lo cierto es que, desde los años sesenta, diferentes proyectos de trenes de levitación magnetíca que han llegado incluso a funcionar como el Maglev, que unía Birmingham con su aeropuerto, han fracasado.