En Asturias queda un pozo vertical activo que se llama Nicolasa, está en Mieres y pertenece a Hunosa; pero, si nada falla, en breve habrá otra mina funcionando. Estará en Cangas del Narcea, se accederá al yacimiento mediante bocamina y la explotará Carbones de Gillón. En el municipio llegaron en su día a funcionar hasta una decena de minas. En la zona de Carballo, donde se ubica la mina que se quiere reabrir, operaron la ya citada Minarsa, Antracitas del Acebo y Antracitas de Cibea. En el área de Rengos, se encargaron de las labores Antracitas de Gillón, Antracitas de Rengos, Carbonífera del Narcea, Coto Minero del Narcea y Carbonar, entre otras. La última mina operativa fue la de Carbonar, que cerró en 2020.
Carbón térmico
El proyecto, que afecta a la antigua mina de antracita de Carballo que explotó la compañía Minarsa, contempla explotar el yacimiento mediante labores subterráneas y recuperar estériles de escombrera, ya que los sistemas de lavado de carbones de última generación permiten el aprovechamiento de materiales que hasta la fecha se desechaban. La intención de Carbones de Gillón es destinar la producción de la mina de Carballo a la exportación para que sea consumido en centrales térmicas de países de fuera de la UE con legislaciones e los que este sistema de producción energética todavía es importante.
En tramitación
De momento, el proyecto está en trámite de aprobación y contempla una inversión de 1,28 millones de euros que permitirá reacondicionar las instalaciones mineras y generar en torno a 70 empleos. No es el primer intento de recuperar el yacimiento, ya que hace una década se redactó un primer proyecto que se frustró a consecuencia de problemas entre los propietarios de un camino que prestaba servicio a la mina. La empresa calcula que la explotación podría mantenerse durante unos veinte años. La mina que se va a aperturar en Inglaterra, si la de Cangas del Narcea llega a buen término, no será por tanto la única que se reabra durante esta tercera década del siglo XXI.