Bayer lleva en España desde finales del XIX y, en Barcelona, tuvo fábrica abierta desde los años cuarenta en pleno Eixample, en concreto en un chaflán de París con Viladomat. La fábrica se cerró en 2003 y fue convertida en un complejo residencial que integró parte de las antiguas instalaciones en las que, durante años, se produjeron las populares aspirinas con el principio activo –el ácido acetilsalicílico- que hoy se fabrica en Langreo (Asturias). Hasta ahí la historia, pero el futuro de Bayer en Barcelona (y en España) no va a tener que ver ya con el negocio farmacéutico únicamente: el futuro de Bayer en Barcelona es, sobre todo, agrícola.
¿Agrícola?
Desde 2018, Bayer es la propietaria de Monsanto; señalada una y mil veces por organizaciones ecologistas como Greenpeace a propósito de los transgénicos que desarrolla y, también, de fitosanitarios como el RoundUp o glifosato. Pese a ello, y opiniones de organizaciones ecologistas al margen, Monsanto es un gigante que forma parte de Bayer y Bayer centraliza sus actividades, en concreto en Sant Joan Despí: allí tiene su sede para España y Portugal y allí está, también el Life Hub, la instalación que coordina las actividades agroquímicas y biotecnológicas del grupo en la península y desde la que, igualmente, se impulsan diferentes proyectos sanitarios y farmacéuticos. En Bayer Sant Joan Despí trabajan más de 600 personas y en torno a la mitad de ellas son mujeres.
Ecosistema de innovación
Para Bayer, el Life Hub de Sant Joan Despí es un centro de innovación en el que confluyen proyectos farmacéuticos, desarrollos agroquímicos y, también, esfuerzos vinculados a la digitalización de un sector, el de la agricultura en cuya modernización quiere participar también Bayer. El centro no es el único de su tipo: ciudades como Sao Paulo, Boston o Lyon tienen otros parecidos pero, para Cataluña y España, lo importante es que hay uno en Barcelona.