Sólo en 2021, España exportó automóviles por valor de 35.000 millones de euros y componentes de automoción por valor de 16.000. Sólo los productos químicos, con 43.000 millones reportan mayores ingresos a la economía española. Frutas y hortalizas, dos de los productos que siempre se citan cuando se habla de exportaciones españolas, sumaron 16.000 euros y el aceite, 3.500. El quebranto que para la economía del país -y para el empleo- supondría el desmantelamiento de la industria del automóvil sería, por tanto, devastador y, con la revolución verde en curso, ése es un riesgo cierto. En Estados Unidos, otro país con una potentísima industria de fabricación de automóviles –ellos tienen una ventaja, que son dueños de muchas de sus marcas, a diferencia de España- han tomado ya medidas para proteger su industria automovilística.
Subvenciones para coches eléctricos sí, pero sólo si se ensamblan en USA
En Estados Unidos, como en España, se ofrecen ayudas para quien decide comprar un coche eléctrico. Allí, el Departamento del Tesoro ofrece hasta 7.500 dólares por beneficiario, pero desde este mes de abril, las ayudas se limitan a a vehículos “ensamblados definitivamente” en Estados Unidos. Su precio no puede superar los 80.000 dólares si se trata de todoterrenos, camionetas y furgonetas y los 55.000 si se trata de otros vehículos. También, se limita el nivel de ingresos de los beneficiarios: no más de 150.000 dólares anuales en caso de solteros y no más de 300.000 en caso de parejas. El salario medio en USA en 2022 superaba los 61.000 dólares.
America, first
En Estados Unidos, lo del proteccionismo no es anatema como en economías teóricamente favorables al librecambismo como la de la UE. Con el cambio legislativo, los vehículos que se beneficiarán más de las desgravaciones fiscales serán los de fabricantes nacionales. GM, Ford y Stellantis (propietaria de Chrysler y Jeep) salen bien paradas y hasta Tesla, que fabrica en parte fuera de USA, podría recibir más ayudas. Volkswagen y Nissan, salen perdiendo y los fabricantes chinos tiene una razón más para empezar a pensar en construir fábricas en los Estados Unidos. ¿Qué haremos mientras desde Europa? Sin cambios legislativos similares, se avecina tormenta, porque aquí sí que se subvenciona la compra de coches eléctricos fabricados fuera de la UE y los que se ensamblan en territorio europeo van a tener más difícil lo de venderse en América, por mucho que Cupra quiera lograr allí buenos números. ¿Empezamos a proteger nuestra industria igual que hacen otros?