De acuerdo: probablemente le falten la osadía de Elon Musk y el glampur geek que tenía Steve Jobs, pero no lo olvides: si los iconos que llenan el escritorio de tu móvil o de tu ordenador están ahí es gracias a él. De hecho, hasta si les llamas así es gracias a él, a Bill Gates y, por tanto, lo que dice debe ser siempre tenido en cuenta. Esta vez, además, lo tiene claro: la única tecnología verdaderamente disruptiva entre las que han irrumpido en el escenario en estos dos últimos años es la inteligencia artificial.
Lo cambiará todo
Para Gates, la única tecnología surgida en los últimos dos años que dispone de un potencial real de cambio es la Inteligencia Artificial. Ni el metaverso, que nadie sabe muy bien en qué consiste, ni a web 3 y sus teóricas maravillas son más que cambios menores que, aunque importantes, no van a suponer un antes y un después en el devenir de la humanidad.
Prometedora y peligrosa
La Inteligencia Artificial, por el contrario, sí que puede llegar a cambiar muchos de los procesos productivos y de generación de riqueza actuales, pero es tan prometedora como peligrosa. De hecho, Gates apunta un concepto inquietante: su capacidad de cambio es tan grande como el que, en su día, tuvo la energía nuclear pero su capacidad destructiva es también pareja. De nuevo, volvemos a estar ante el mismo dilema que, en su día, afrontó Prometeo cuando decidió robar el fuego a los dioses. A él, no lo olvidemos, acabaron comiéndole (al menos durante un tiempo) el hígado las buitres mientras estaba encadenado a una montaña y, aunque se acabo librando, tuvo que llevar siempre consigo un anillo con un fragmento de roca de aquel monte para que jamás se le olvidase con qué había jugado.