La Generalitat de Catalunya, mediante el proyecto LIFE RESQUE ALPYR, ha iniciado una prueba piloto pionera de eliminación de peces invasores con un biocida biodegradable en el Parque Nacional de Aigüestortes i Estany de Sant Maurici. Esta iniciativa forma parte de una estrategia más amplia para restaurar hábitats acuáticos de alta montaña, con el objetivo de convertir los lagos restaurados en reservorios de biodiversidad y corredores ecológicos. La experiencia es la primera aplicación en un lago de alta montaña en el sur de Europa, proporcionando datos valiosos sobre su eficacia como herramienta de gestión.
Peces invasores
Una de las principales amenazas para estos espacios es la presencia de especies de peces introducidas, como la trucha o sobre todo el barbo rojo, que acaban con las especies autóctonas y alteran gravemente el equilibrio de los ecosistemas. Por eso, una de las acciones clave del proyecto es la restauración de 22 lagos de alta montaña a los Pirineos y de los Alpes mediante la eliminación de peces introducidos utilizando técnicas tradicionales. Las técnicas convencionales de captura, como redes, trampas y pesca eléctrica, son habituales en la eliminación de peces en lagos de montaña. No obstante, las restricciones biológicas y ambientales, como la medida del lago o la presencia del barbo rojo, pueden limitar su aplicabilidad. Por este motivo, es necesario explorar métodos alternativos.
El caso del barbo rojo
El barbo rojo, un pequeño ciprínido de rápido crecimiento, alta tasa reproductora y grande capacidad de adaptación, puede formar poblaciones densas incluso en condiciones extremas, convirtiéndose en un reto para el control demográfico. En este contexto, se ha realizado una prueba piloto con rotenona, un ictiocida natural biodegradable extraída de las raíces de plantas de la familia Fabaceae, utilizada tradicionalmente para pescar en el Sureste Asiático y Sudamérica. Se trata de un producto parecido a la madeja o Verbascum, una planta que se ha utilizado históricamente en los Pirineos para pescar en los ríos y que ahora está prohibido sus uso.
En el medio ambiente, la rotenona se degrada rápidamente, persistiendo solo unos pocos días o semanas. Hasta ahora, su uso como ictiocida se ha concentrado en Norteamérica, Australia, Nueva Zelanda, Reino Unido y en el Norte de Europa, especialmente en Noruega, con algunas experiencias puntuales en el resto de Europa, incluyendo España.