La bayerische motoren werke (BMW) es, desde hace décadas, una de las empresas automovilísticas punteras y, si bien fue una de las primeras marcas en abrazar la tecnología eléctrica con coches ya históricos como el i3, sus responsables consideran ahora que las baterías de litio ya no dan mucho más de sí y que la próxima frontera es la del hidrógeno. Y ellos quieren ser los primeros en cruzarla.

Convencidos de que habrá más de un sistema de propulsión

Olver Zipse, presidente de BMW AG, da por hecho que el hidrógeno será “lo más moderno para conducir” y así lo ha indicado en diferentes entrevistas concedidas en los últimos meses. Zipse considera además que plantear un escenario en el que, de aquí a menos de 15 años, sólo vaya a haber un sistema de propulsión es casi un dislate: “es un camino peligroso tanto para los clientes como para la industria, el empleo y el clima”. Por eso, el fabricante alemán se ha puesto ya manos a la obra i el iX5 funcionará con pilas de hidrógeno que, además, fabrica la propia BMW.

Spectre Rolls

Rolls Royce también

Rolls Royce forma parte del grupo BMW desde 1998 y Torsten Müller también ve factible que los lujosos, excelentes e históricos coches ingleses se muevan en breve gracias al hidrógeno: “no lo descarto. En el grupo existe la creencia de que éste es quizá el futuro a largo plazo”. De momento, el Rolls Royce Spectre, que se lanza en 2023 y tiene ya abiertas las reservas, parece que dispondrá de una versión híbrida con una pila de combustible de hidrógeno y el sistema eléctrico eDrive de BMW. Alcanzará los 375 CV