De inicio, como muchas otras compañías del sector de la automoción, la multinacional alemana Bosch, líder mundial en fabricación de recambios y componentes, no creyó en la revolución verde pero, ahora (y seguramente obligada por las circunstancias) piensa de otro modo: van a invertir 200 millones de euros para poder empezar a fabricar células de combustible y acaban de presentar una serie de novedades destinadas a coches eléctricos urbanos que abaratan costes e incrementan eficiencia. Si Bosch se apunta, debe ser que el tema va en serio.
En el Salón de Detroit
La multinacional alemana ha explicitado su cambio de parecer en la última edición del Salón de Detroit, celebrada este mes. Allí, por ejemplo, la compañía ha presentado sus módulos eAxle, diseñados para mejorar los vehículos eléctricos más pequeños del mercado. Se trata, en concreto, de módulos que combinan en un solo bloque sistemas de dirección, propulsión y frenado y permiten reducir el peso e incrementar la eficiencia de los coches en los que se montan. Estos módulos incluyen también sistemas de carburo de silicio aptos para 400 y 800 voltios y novedosos semiconductores.
Celdas de combustible
La firma alemana ha anunciado también recientemente que destinará 200 millones de euros para empezar a producir celdas de combustible en Estados Unidos a partir de 2024. Fundada en 1886 y con sede en Gerlingen, la empresa espera que las soluciones vinculadas al coche eléctrico se conviertan en una de sus principales fuentes de ingresos durante los próximos años. En definitiva: si Bosch, Mercedes y Volkswagen se apuntan, está claro que esto va en serio y que nos va a tocar despedirnos en breve de nuestros coches de combustión.