Bosch, la multinacional tecnológica y de servicios de ingeniería alemana, quiere incorporar soluciones de IA en todos sus procesos. De momento, tienen ya un equipo de 300 personas que trabaja para alcanzar un objetivo: combinar IA con IoT (Internet of Things, en nuestro idioma Internet de las Cosas, para recopilar datos de cada producto y cada proceso y, a partir de ellos, realizar previsiones y plantear respuestas a problemas concretos para mejorar la eficiencia energética y la sostenibilidad de los procesos industriales del grupo.

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A finales de año

En origen, este proceso debería estar completado en 2025, pero según la compañía van a completarlo antes de final de año. Para completar el proyecto han diseñado incluso un código ético que obliga a cualquier herramienta de IA que se utilice en Bosch a ser “segura, robusta y explicable”. Nada queda al azar, por tanto, los fallos que pueden desbaratar procesos se evitarán con herramientas específicas y cualquier miembro del equipo podrá entender qué hace exactamente cada herramienta de IA y cómo.

Beneficio para los empleados

De la IA, a menudo, se habla como de un peligro cierto para los trabajadores menos cualificados, pero en Bosch la entienden como una oportunidad para mejorar la vida cotidiana de sus empleados. Consideran, por ejemplo, que “aliviará las cargas de trabajo rutinarias, mejorará su vida diaria, reducirá costes en un 25% e impulsará la innovación. Liberados de tareas tediosas, los empleados podrán dedicar su tiempo a labores más productivas y, también, cobrarán más si hay más beneficios pero, ahora bien, hay una pregunta que queda sin respuesta: ¿que sucederá con los empleados que carecen de la formación necesaria para innovar procesos? No quedará otra opción que formarlos.