Completada ya la campaña comercial de la Vuelta al Cole, el siguiente gran período de compras que se presentan es el de Navidades, en el que los más pequeños de la casa volverán a ser protagonistas. Sin necesidad ya entonces de material escolar nuevo, lo que centrará su interés serán los juguetes, pero antes de hacer cualquier compra conviene estar alerta, porque no todos los juguetes son seguros. Desde 2021, la Agencia Catalana del Consumo ha retirado del mercado un total casi 160.000 unidades de juguetes por varios incumplimientos relacionados con la seguridad.

 

Los procedimientos

Tan pronto como se tiene conocimiento del riesgo de un producto, Consumo adopta las medidas adecuadas y proporcionadas al nivel de riesgo. Si el incumplimiento no es grave y resulta enmendable, puede acordar la inmovilización cautelar del producto y la prohibición temporal de la comercialización, Si no, se opta por la retirada definitiva del mercado o bien el comiso y destrucción de todas las unidades. Algunos de los juguetes con más unidades retiradas los últimos años han sido un juego de slime, una pasta viscosa de colores para modelar (92.500 unidades), retirada por riesgo de asfixia o intoxicación; una pelota blanda (5.667 unidades) con material de rellenado con el que los niños podrían atragantarse y un disfraz infantil de pirata (1.814 unidades) que presentaba un porcentaje sustancias volátiles inadecuado.

Actuaciones constantes

Para garantizar que las empresas que producen, distribuyen o comercializan juguetes en nuestro mercado cumplan la normativa de protección de las personas consumidoras, Consumo lleva a cabo actuaciones durante todo el año y, cuando ocurre, recopila muestras de productos para analizarlos en laboratorios acreditados, con el fin de verificar que sean seguros. Desde 2021 hasta ahora, la inspección de Consumo ha llevado a cabo más de 1600 actuaciones inspectoras relacionadas con juguetes y, de ellas, casi 250 han implicado la retirada del mercado de unidades de producto que presentaban incumplimientos de seguridad. Uno de los riesgos que se detecta con más frecuencia en los juguetes son la presencia de piezas pequeñas, o partes que se pueden desprender, con el consiguiente riesgo de asfixia.