Meta, la empresa matriz de Facebook, Instagram y WhatsApp, ha generado una intensa controversia con su reciente actualización de políticas de moderación. Estos cambios, introducidos bajo la dirección de su CEO, Mark Zuckerberg, han permitido que ciertos comentarios discriminatorios hacia personas homosexuales y transgénero, como llamarlos "enfermos mentales", ya no sean considerados como violaciones de las normas comunitarias. La decisión ha desatado un fuerte debate en torno a los límites de la libertad de expresión y la responsabilidad de las plataformas digitales.

Meta Facebook Instagram Whatsapp / Europa Press
Meta Facebook Instagram Whatsapp / Europa Press

¿Qué busca Zuckerberg con estos cambios?

La decisión de flexibilizar las políticas de moderación de Meta surge en un contexto de tensiones políticas y estratégicas. Como señala Wired, Zuckerberg parece estar buscando un equilibrio entre satisfacer a los sectores más conservadores de Estados Unidos y mantener la base de usuarios más progresista que ha caracterizado a sus plataformas en los últimos años.

La relación entre Zuckerberg y Donald Trump, el expresidente estadounidense, se ha vuelto un tema central en este debate. En 2021, Meta suspendió la cuenta de Trump tras los disturbios en el Capitolio, una decisión que generó una ruptura con los republicanos. Los recientes cambios en la moderación han sido interpretados por algunos analistas como un intento de reconciliarse con Trump y su base política, especialmente de cara a las elecciones presidenciales de 2024.

Sin embargo, esta decisión tiene implicaciones peligrosas. Permitir comentarios como "los homosexuales y los trans son enfermos mentales" normaliza un discurso de odio que puede fomentar la discriminación, el acoso y la violencia contra comunidades vulnerables.

¿En qué consisten los cambios en la moderación de contenidos?

Meta ha revisado su política de conducta de odio, lo que permite ahora un margen más amplio para comentarios ofensivos bajo el argumento de fomentar la "libertad de expresión". Esto incluye declaraciones que previamente eran consideradas inaceptables en Facebook e Instagram, como llamar "enfermos mentales" a personas homosexuales o transgénero, entre otras formas de lenguaje discriminatorio.

Aunque Meta asegura que estas expresiones no se permitirán si están acompañadas de amenazas explícitas o incitaciones a la violencia, organizaciones defensoras de derechos humanos han señalado que esta distinción es ambigua y que, en la práctica, abrirá la puerta a más acoso y marginalización.

El cambio ha provocado una reacción generalizada de rechazo. Activistas y grupos LGBTQ+ han denunciado que Meta está priorizando sus intereses políticos y comerciales sobre la seguridad de sus usuarios. Incluso empleados de Meta han expresado preocupaciones internas sobre el impacto de estas decisiones en la percepción pública de la compañía.

manifestació lgtbi barcelona / ACN
manifestació lgtbi barcelona / ACN

¿Qué riesgos comportan estos cambios?

Los riesgos van más allá del daño reputacional para Meta. Al relajar sus políticas, la compañía también se expone a una mayor presión por parte de reguladores y anunciantes, quienes podrían cuestionar si las plataformas de Meta son entornos seguros para los usuarios.

Además, la actualización de las políticas envía un mensaje preocupante sobre el compromiso de Meta con la lucha contra el discurso de odio. En un mundo digital donde las redes sociales tienen un impacto significativo en la formación de opiniones, decisiones como esta pueden contribuir a una mayor polarización y normalización de la intolerancia.

Zuckerberg parece estar jugando una partida de ajedrez político y comercial, pero los peones en este juego son comunidades enteras que podrían enfrentar mayores niveles de discriminación y acoso en línea.