Con los precios de hoteles y apartamentos creciendo por encima de la inflación, viajar con la casa a cuestas se convierte en alternativa para muchos. Con el camping convertido en reducto de fieles, el interés por alternativas como las casas móviles crece, aunque el sector del caravaning está sufriendo cambios. Lo indica Aseicar, la patronal del sector: entre quienes gustan de disfrutar cuando viajan de la comodidad que otorga un vehículo que puede convertirse también en alojamiento hay un cambio de tendencia. Las furgonetas camperizadas están ganando la partida a las autocaravanas en un momento en el que de las caravanas convencionales ya casi nadie se acuerda.
Cuestión de precios
El mercado de las autocaravanas ha experimentado un incremento de precios parejo al de los turismos y las furgonetas, lo que condiciona todavía a peor las perspectivas de un sector en el que los precios ya eran altos. Como alternativa sólida surgen las furgonetas camperizadas, que ofrecen menos comodidad, pero son más asequibles. La confirmación de que se trata de una cuestión de precio llega desde el mercado de segunda mano: la demanda se mantiene pese a la falta de stock. Las caravanas, eso sí, parecen condenadas y, según la patronal del sector, tienen un protagonismo mínimo. Su escasa versatilidad y la pericia cierta que exigen en el conductor lo complica todo. Si los precios de las autocaravanas no se moderan, quizá sigan el mismo camino.
Matriculaciones
Las cifras de 2023 no engañan: las matriculaciones de autocaravanas cayeron un 41,56% y las de pequeñas furgonetas camperizadas se incrementaron en un 20,82%. Al tiempo, las ventas de caravanas tradicionales bajaron un 31%. Las cifras hablan, además, de una tendencia sostenida: en lo que se refiere a las ventas de caravanas, raro es el año que no bajan un 15% o más.