La campaña electoral encara su recta final y en ella (y contra pronóstico, pues desde el actual Gobierno el debate se daba por liquidado hace años) el carbón ha vuelto a ser protagonista, en este caso de la mano de Vox: su vicepresidente José Ortega Smith plantea como posibilidad la reapertura de las minas. Y no lo ha dicho en un sitio cualquiera: ha sido en Puertollano, una de las cuatro principales coal factory towns que nacieron en España al socaire de la minería del carbón durante la segunda mitad del XIX y las primeras décadas del XX. Las otras; por envergadura y con el permiso de núcleos también mineros como Barruelo, Villablino, Guardo, Andorra o Berga; son Peñarroya-Pueblonuevo (Córdoba), Langreo y Mieres, las dos últimas en Asturias.
En España todavía se explota carbón
Pese a al desordenado cierre de la mayoría de explotaciones entre 2015 y 2019 (se venían cerrando pozos desde principio de los 90) en España se mantienen todavía en explotación tres yacimientos: el Pozo Nicolasa; de Hunosa y en la zona de explotación denominada Sueros, cerca de Mieres; el pozo túnel de Pilotuerto, en Tineo; y, también, el pozo túnel de Cerredo, en Degaña (Asturias). Existen, al tiempo, proyectos de apertura de nuevas explotaciones, pero el planteamiento de Ortega Smith es más ambicioso. Así lo explicaba: “mientras que en Francia de están multiplicando las centrales nucleares, en España se están cerrando y mientras en Alemania de están abriendo minas de carbón y centrales térmicas, aquí se mantienen cerradas”.
Su planteamiento, de hecho, implica una revisión completa de los Objetivos de Desarrollo Sostenible contenidos en la Agenda 2030, un documento que, explica él, “no han votado los españoles y sólo está trayendo paro y pobreza”, dice. Al tiempo, se declara también partidario de las renovables y el hidrógeno verde pero “de manera paulatina y no al precio de llenar los campos de placas fotovoltaicas y aerogeneradores destrozando el paisaje natural y eliminando grandes zonas agrarias convertidas en enormes campos fotovoltaicos en manos de cuatro multinacionales que apenas generan mano de obra”. Con todo, cabe recordar que la industria eólica y fotovoltaica generan ya miles de empleos y quieren generar muchos más. Se supone, de hecho, que son uno de los motores de la deseada reindustrialización de España.
¿Qué se está haciendo en el resto de Europa?
Francia y Bélgica mantienen sus yacimientos sin explotar desde hace décadas y en Alemania se explota lignito en grandes minas a cielo abierto que, en algunos casos, han obligado a desplazar parques eólicos y núcleos de población. En Polonia y la República Checa, la explotación de carbón mediante minas subterráneas sigue siendo una actividad económica destacada e Inglaterra, fuera de la UE, vuelve a explotar su carbón, algo que países como Rusia, China, Australia o Estados Unidos nunca han dejado de hacer. En España, se exploraron desde Puertollano y Ponferrada sistemas de captura de CO2 que hubiesen permitido quemar carbón nacional sin contaminar, pero dichas experiencias se abandonaron. Hoy funcionan unas pocas térmicas (todas en enclaves costeros y con carbón importado) y el declive de los antiguos núcleos mineros es imparable. ¿En qué quedará el planteamiento de Ortega Smith? Lo veremos después de este domingo. Con todo, no es algo nuevo: en las Cortes de Castilla y León, donde Vox gobierna con el PP, se aprobó en octubre pasado una proposición no de ley que planteaba instar al Gobierno de España a reformar la Ley de Cambio Climático para levantar la prohibición de explorar, investigar y explotar hidrocarburos y otros yacimientos de minerales energéticos radicados en Castilla y León. Desde el PSOE, Podemos y Ciudadanos se calificó de “inviable, ideológica y populista”. Con todo, cabe recordar que en Estados Unidos se plantea ya la posibilidad de que el carbón sirva hasta para fabricar acumuladores de energía.