Catalunya celebra entre los días 11 y 13 de junio la Semana Europea de la Energía Sostenible con la finalidad de concienciar a la ciudadanía sobre la necesidad de transformar el actual modelo energético y convertirse en una sociedad descarbonizada. Este 2024 la campaña insistirá en las posibilidades y las ventajas que ofrece poner en común la energía autoproducida mediante fórmulas como las comunidades energéticas.
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El lema de este año es lo bastante explícito: Ahora es la hora de compartir la energía renovable. Bajo este paraguas, se celebrarán varias actividades por todo el país hasta finales de julio. Entre los objetivos está el empoderamiento de la ciudadanía, la participación, la concienciación y, claro está, el ahorro y la eficiencia energética y la promoción de las energías renovables. Catalunya, que aspira a alcanzar la neutralidad climática el año 2050.
Autoproducción
Autoproducir la energía a partir de fuentes de energía renovables y compartirla de manera organizada es un paso fundamental para, explican desde la Generalitat, situar la ciudadanía en el centro del modelo energético. Estas nuevas modalidades de producción se canalizan a través de fórmulas como las comunidades energéticas o el autoconsumo colectivo, entre otros, permiten que cada persona pueda pasar de ser solo consumidora de energía a ser productora y/o gestora, tome conciencia de sus consumos y su relación con la energía, y también pueda obtener beneficios, como una factura energética más reducida o una menor dependencia del conjunto del sistema energético.
Las comunidades energéticas son una forma de organizarse entre la ciudadanía, las pymes y/o las administraciones locales para decidir como producir, gestionar y utilizar la energía con el objetivo de beneficiarse colectivamente, tanto desde un punto de vista ambiental, económico como social. Pueden ir más allá del ámbito eléctrico, abarcando la autogeneración de energía térmica, las mejoras en eficiencia energética o el desarrollo de sistemas de movilidad sostenible. La gran mayoría se construyen en torno a equipos de autoconsumo fotovoltaico, ámbito en que Catalunya ya cuenta con más de 100.000 instalaciones y más de 1 MW de potencia instalada.