Ya hay cifras: una Catalunya plenamente descarbonizada en 2050 es posible, pero van a hacer falta, como mínimo, medio millón de instalaciones de autoconsumo energético en servicio. Al cerrarse 2023, había poco más de 100.000.

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ICAEN

Para alcanzar esa cifra, la Generalitat administra desde 2021 diferentes paquetes de ayudas financiados con dinero procedente de los Fondos Europeos Next Generation. La entidad responsable de estos fondos es Instituto Catalán de Energía (ICAEN), pero todavía queda mucho trabajo a hacer: la Prospectiva Energética de Catalunya para el año 2050 calcula que, junto con la electrificación de la demanda y la reducción en el consumo de energía, hace falta que se activen 500.000 instalaciones de autoconsumo de aquí al año 2050 para alcanzar el reto de la descarbonización de la economía y la sociedad catalana. Si hoy funcionan 100.000 y para 2050 quedan 26 años, será imprescindible que, cada año, se activen unas 16.000. De momento, las cifras no son malas, ya que en 2023 se activaron cerca de 30.000.

El autoconsumo, una prioridad por Catalunya

La autoproducción de electricidad a partir de energía solar fotovoltaica ha sido y es una prioridad para Catalunya, en la medida en que es uno de los ejes básicos para la transición hacia un nuevo modelo energético nueve. La generalización de la práctica del autoconsumo, explica a la Generalitat, "es un termómetro de la implicación de la ciudadanía con la transición energética". Sin embargo, existe otro problema: en lo referido a grandes instalaciones renovables, Catalunya no está en el pelotón de cabeza. Ni en el subsector del hidrógeno ni, tampoco, en el fotovoltaico. Y las nucleares, si nadie lo remedia, cerrarán.