Está decidido: el Ministerio de Defensa británico ha adjudicado ya el contrato de su nuevo avión de caza Tempest a la constructora aeronáutica y segundo mayor contratista militar del mundo BAE Systems. Lo hace, eso sí, con una condición: que el nuevo caza de la Royal Air Force incorpore sistemas de IA que le permitan desarrollar misiones sin tripulación si hace falta.

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Caza a reacción

El Tempest es un caza a reacción que entrará en servicio en 2035, dispondrá de capacidad supersónica, avances de última generación y facultades de detección y protección que lo convertirán en uno de los aviones de combate más avanzados, interoperables, adaptables y conectados del mundo. El avión incluirá también sistemas de IA capaces de coordinarse con sistemas terrestres que ayudarán al piloto a tomar decisiones en escenarios de combate y, si este se encuentra ocupado en atender alguna tarea ineludible, podrá guiar los proyectiles que el avión dispare.

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Misiles hipersónicos

El caza Tempest es ya él mismo un avión hipersónico, pero sus misiles también lo serán. Todos sus componentes serán actualizables de manera sencilla durante la vida útil del aparato, que incluirá también sistemas para burlar radares y tecnologías de enjambre para controlar equipos de drones.

Podrá volar sin tripulación

El avión que prepara BAE Systems podrá volar sin tripulación si es necesario y actuará entonces como un dron de grandes dimensiones. Esta utilidad es especialmente útil para misiones de alto riesgo. El proyecto que permite hacer realidad el Tempest se activó en 2015 e implica a diferentes países europeos entre los que se cuenta España, pero es Gran Bretaña quien lo lidera.