En Europa –menos en España- y en Estados Unidos, la energía nuclear vuelve a considerarse pieza clave de la estrategia energética. Los reactores modulares de pequeño tamaño (SMR) son la herramienta que posibilita el renacimiento del interés por una forma de producir energía que muchos daban ya por amortizada pero, como en tantas otras cosas, Asia nos tuerce el brazo a los occidentales. En China acaban de activar la primera planta nuclear de cuarta generación del mundo, que incluye un reactor de este tipo.
Conectada a la red desde 2021
La planta se ubica en la Bahía de Shidao (provincia de Shandong, este de China) y el SMR que acaban de activar es, además, de muy alta temperatura. Este tipo de reactores disponen de un núcleo moderado con grafito con un ciclo de combustible de uranio que emplea helio o sal fundida como refrigerante. En el reactor, que utiliza helio, se alcanzan temperaturas de hasta 1000 grados y el calor generado puede aprovecharse al tiempo que se produce también hidrógeno. Desde su primera conexión a la red en 2021, el reactor de Shidao ha conseguido completar diferentes pruebas de funcionamiento continuo, siendo la más larga de 168 horas. Ahora, en 2023, entra oficialmente en operación comercial para generar electricidad.
200 megavatios
La central tiene una capacidad de 200 megavatios (cada reactor de Ascó pasa de los 1000), está refrigerada con gas helio y destaca por sus condiciones de seguridad, que le permiten mantenerse en estado seguro incluso en el caso de perder completamente su capacidad de enfriamiento. China tiene como objetivo incrementar su capacidad nuclear en un 50% de aquí a 2025 y poder, con ello y mediante centrales como la de Shidao, hasta 200.000 toneladas de hidrógeno al año. Y para ellos, el hidrógeno procedente de centrales nucleares es verde, no rosa como se dice aquí en España. Si tienen centrales más pequeñas, más rentables, más modernas y más seguras está claro que, al tener también menos prejuicios, nos van a ganar la partida.