Las estrellas –o, más en concreto, los cielos estrellados libres de polución- también pueden ser motor de desarrollo. Estos días, gracias a las, por estas latitudes, insólitas auroras boreales que se observan en Catalunya, la subcomarca del Montsec (con capital en Àger (Lleida) lo demuestra.

 

Hasta tres millones de euros anuales

En la zona, desde 2009, funciona un equipamiento singular: el Parc Astronòmic del Montsec  . La instalación, según cálculos de sus gestores, genera un impacto económico anual favorable en el territorio que lo acoge que ronda los tres millones de euros. Para un espacio rural como el de la subcomarca del Montsec, no es una cifra menor. Desde 2009, el año de su inauguración, el Parc Astronòmic del Montsec acumula cerca de 450.000 visitantes. La media anual, descontando los años de la pandemia, ronda los 35.000 y, de ellos, unos 5.000 suelen ser escolares.

Múltiples actividades

Las instalaciones del Parc cumplen una cuádruple función, ya que sirven para divulgar, investigar, educar y, también, proteger el cielo nocturno. Desde las instalaciones, explican sus responsables, se realizan investigaciones astronómicas, se lleva a cabo el seguimiento de satélites y hasta se monitorea la contaminación lumínica. Para un municipio como Àger, que no llega a los 600 habitantes, se trata de un recurso dinamizador de primer orden. Con todo, no es la única experiencia de dinamización de entornos rurales en las que la astronomía y el disfrute de los cielos limpios que sólo procuran estas zonas. En Tarragona, espacios como el resort Serra de Prades han hecho de la contemplación de los cielos estrellados uno de sus atractivos y en San Cebrián de Mudá (Palencia) funciona desde hace más de veinte años El Mirador de las Estrellas, que ha permitido convertir en observatorio astronómico dos antiguos silos de almacenamiento de carbón.