Durante muchos años y con notable éxito, en la Ciudad de la Energía de Ponferrada (León) y en la demolida planta de gasificación de ciclo combinado de Elcogas en Puertollano (Ciudad Real), en España se investigaron métodos de captura de C02. Eran los años durante los que, todavía, se consideraba que los combustibles fósiles debían tener un papel en nuestro mix energético, pero todos aquellos esfuerzos y millones invertidos quedaron en nada cuando se decidió fiar todo nuestro futuro energético a las renovables. Ahora, desde Estados Unidos, nos sorprenden con una tecnología gemela de la que aquí se intentó desarrollar: investigadores de la Universidad de Illinois  acaban de presentar un sistema que transforma el dióxido de carbono capturado de la atmósfera en etileno.

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¿Para qué sirve el etileno?

El etilenoes un gas incoloro, inflamable y de olor dulce formado por dos átomos de carbono  y que destaca por ser el compuesto químico orgánico más utilizado en todo el mundo. La producción anual supera los 150 millones de toneladas y permite producir plásticos, controlar la maduración de la fruta si se combina con nitrógeno, estimular el crecimiento de las cosechas, fabricar vidrios de automóviles y soldar, cortar y pulverizar térmicamente metales. También se emplea como refrigerante. Es, en suma, un elemento crucial para la industria química moderna, pero genera grandes cantidades de dióxido de carbono al ser producido. De hecho, la industria del etileno es la tercera que más emisiones nocivas genera, siendo sólo superada por la producción de amoníaco y la industria del cemento. Encontrar un método más ecológico de producir etileno es, por tanto, fundamental. 

¿Qué supone el descubrimiento de los investigadores de la Universidad de Illinois?

Un salto adelante indudable ya que, además de permitir producir etileno sin generar emisiones, permite eliminar el dióxido de carbono presente en nuestra atmósfera y que llega  a la misma como resultado de procesos industriales o de la respiración de los seres vivos. Meenesh Singh, responsable del desarrollo presentado, considera que su método supera incluso el objetivo de carbono neto cero de otras tecnologías de captura y conversión ya que, por cada tonelada de etileno producida, se retiran hasta seis toneladas de dióxido de carbono. Durante años, los científicos se preguntaron qué hacer con el CO2 procedente de los procesos industriales que se capturaba para que no envenenase la atmósfera y hubo quien hasta se planteó enterrarlo. Ahora, gracias a la Universidad de Illinois, tiene un uso.

Su sistema está basado en la electrólisis e implica el paso de una corriente eléctrica a través de un recipiente con dos compartimentos separados por una membrana. En el primer compartimento hay agua y en el segundo, dióxido de carbono capturado. Al utilizar un catalizador eléctrico, los átomos de hidrógeno de las moléculas de Agua se combinan con los átomos de carbono de las moléculas de CO2 y se forma etileno. Esta tecnología, además permitiría neutralizar cualquier emisión de CO2 generada por un proceso de combustión y convertir ese gas, responsable del efecto invernadero, en valioso etileno. ¿Hacía falta acabar con las térmicas? Todo indica que no.