Trabajan en la Universidad de Cambridge, son investigadores de primera línea y acaban de desarrollar un dispositivo flotante capaz de, ahí es nada, convertir agua de mar –o agua contaminada- en agua purificada que se puede beber y producir al tiempo hidrógeno susceptible de ser usado como combustible. El dispositivo está especialmente pensado para entornos sin conexión eléctrica, porque no precisa de aportes energéticos externos.
Inspirado en la fotosíntesis
Para desarrollarlo, el equipo de investigadores de Cambridge se ha inspirado en la fotosíntesis, el proceso que permite que las plantas conviertan la luz del sol en alimento y produzcan oxígeno al tiempo. En sí, han diseñado lo que denominan hojas artificiales capaces de producir hidrógeno y potabilizar agua.
Ensayos
El equipo, liderado por el científico tailandés Chanon Pornrungroj del Departamento de Química de Cambridge, ha realizado pruebas con agua de mar y, también, con agua del río Cam, que cruza la ciudad de Cambridge. Los resultados de la experiencia se han publicado en la revista Nature. Ahora, el desafío es convertir lo que ha funcionado en entornos académicos y de investigación en un producto capaz de fabricarse de manera seriada y que pueda utilizarse como pieza clave de la revolución energética en curso. Sea como fuere, estamos ante un avance más que notable.